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26 de abril de 2024

Enrique García-Máiquez durante la entrevista "El efecto de la avestruz", de la ACdP

El poeta y columnista, Enrique García-MáiquezGuadalupe Belmonte

Jornadas de Católicos y Vida Pública

Enrique García-Máiquez: «Todos deberíamos llevar un lanzallamas contra la corrección política»

El poeta y columnista planteó un decálogo de actitudes contra la corrección política en las XVI Jornadas Católicos y Vida Pública de la ACdP en Jerez

«Si nuestro enemigo nos tiene que censurar, que nos censure… ¡pero no hay que hacerle el trabajo!», clamaba el poeta, profesor y columnista Enrique García-Máiquez en las XVI Jornadas Católicos y Vida Pública de Jerez de la Frontera, organizadas por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP). «Frente a la corrección política, a menudo nos autocensuramos más, pensamos que nos dejarán decir menos que lo que en realidad ocurre», señalaba el también colaborador de El Debate.
Las jornadas se celebraron a inicios de semana en la localidad gaditana, y abordaron –en línea con el tema propuesto por la ACdP para este año– la incorrección política y la cultura de la cancelación. García-Máiquez recogió el guante y abrió el segundo día del evento con un decálogo de actitudes para resistir a la imposición de una visión única de la realidad. «La sociedad parte de que no existe la verdad, y ese es el punto débil de la corrección política, porque a nadie le hace gracia que le mientan», comenzó, en un coloquio moderado por Pablo J. Pomar, socio del centro de Jerez de la ACdP,
Enrique García-Máiquez, José María Contreras y Pablo J. Pomar

Enrique García-Máiquez, José María Contreras y Pablo J. PomarACdP

García-Máiquez pidió a los presentes «que cada uno lleve su pequeño lanzallamas en el bolsillo»; esto es, que aunque uno sea muy moderado en sus opiniones esté dispuesto a defender una o dos verdades con contundencia. «También hay que estar muy agradecido con aquellos que mantienen debates que tal vez no son los nuestros, pero que mantienen abierta la ventana del debate público», reflexionó.
El escritor recordó que los interlocutores agradecen la honestidad de quien piensa diferente y puntualizó que «defender el nicho particular tiene un coste, pero no hay que hacerse los mártires». Puede –continuó– que no te den un premio o pierdas un trabajo, pero ganarás otros premios, se te abrirán otros puestos de trabajo «y no te perderás a ti mismo», puntualizó. Por último, citó a Dante, que ya planteó una respuesta a la corrección política en la Divina Comedia: «Declara tu visión abiertamente, y deja que se rasquen los sarnosos».

«Cuidado con las palabras»

A continuación, ofreció su receta particular contra la corrección política el escritor y profesor de la Escuela Universitaria de Osuna José María Contreras. El autor de Niños apocalípticos insistió en la necesidad de cuidar el lenguaje, rescatando las «palabras con sustancia» y desconfiando de aquellas «recién salidas del horno». «Hay que tener cuidado con las palabras -añadió-, porque ya lo dice el dicho: de lo que se come se cría».
Contreras también trató la cuestión del arte con la etiqueta de «católico», y llamó a no excusar a los malos escritores o pintores solamente porque pertenezcan a la misma cuerda ideológica. «Flaco favor hacemos si dejamos que el arte cristiano se endulce, que pierda garra por volverse blandito». También criticó que, en la lucha contra lo políticamente correcto, a veces le cuesta distinguir donde termina lo católico y empieza lo político, «porque tendemos a hacer packs».
El sacerdote Ignacio Gaztelu y María Fernanda de Paz, directora de las Jornadas Católicos y Vida Pública

El sacerdote Ignacio Gaztelu y María Fernanda de Paz, directora de las Jornadas Católicos y Vida PúblicaACdP

Periodismo que cuente la verdad

La mesa redonda de Contreras y García-Máiquez vino precedida por la intervención del periodista y escritor Gonzalo Altozano, quien defendió que «no hace falta un periodismo católico, sino uno que -en la medida de sus posibilidades- cuente la verdad». El autor de Tipos de vuelta remarcó que esta concepción del periodismo no está reñida con que las empresas tengan intereses, que en sí mismos –dijo– no son malos.
También criticó el término guerra cultural –«Cuidado con el uso de metáforas bélicas, yo creo que hay conflictos dialécticos o discusiones, pero no una guerra»–, y lamentó el cariz contracultural que tiñe muchas iniciativas contra el pensamiento dominante: «La retaguardia, la contracultura… No, a lo que hay que aspirar es a llegar al centro, que no es ser centristas», insistió.
Juan Caamaño y el periodista Gonzalo Altozano, en Jerez

Juan Caamaño y el periodista Gonzalo Altozano, en JerezACdP

Presentado por el ex marino Juan Caamaño, socio del centro de Jerez de la ACdP, Altozano también previno contra quienes se definen exclusivamente como «políticamente incorrectos» o como personas «sin complejos». «Suele ser gente que no se molesta en formarse ni en hacer atractivo su mensaje», dijo, en una intervención en la que también defendió a Ana Iris Simón de las acusaciones de «neorrancia». «El discurso de ella es una enmienda a la totalidad del sistema», apuntó.
Las jornadas concluyeron con la intervención de la directora de las Jornadas Católicos y Vida Pública, María Fernanda de Paz, quien recordó que hoy se «mata impunemente», en referencia al aborto y la eutanasia, y que «nuestra libertad está en peligro». «Tenemos que luchar, sin miedo», insistió. También clausuró el evento el sacerdote Ignacio Gaztelu, consiliario del centro de Jerez de la ACdP, quien recordó que «la verdad existe, y en tanto que participemos de ella de la verdad tendremos garantizada la existencia, en este mundo y en el otro».
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