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Unas mujeres pakistanís católicas rezan

Un grupo de pakistanís católicos durante un acto de oraciónCatholics in Pakistan

Iglesia perseguida

La Policía evita que una peregrinación de 200.000 católicos en Pakistán se convierta en una masacre

Cuatro fieles murieron atropellados cuando se dirigían a un santuario mariano, y los agentes frustraron el asalto de un grupo fundamentalista islámico

Una serie de incidentes empañaron la peregrinación de tres días al santuario nacional mariano de Mariamabad, provincia de Punjab, en Pakistán, que tuvo lugar del 6 al 8 de septiembre. Desde el ataque de un grupo de musulmanes a una caravana de cristianos en la carretera de Sheikhupura hasta el atropello de un camión a unos creyentes que se dirigían al lugar santo, en el que fallecieron cuatro de ellos, estos sucesos ensombrecieron una cita que debía ser una fiesta para todo el país, según señala Asia News. Entre otras cosas porque este año se celebraba el 75 aniversario de la primera peregrinación a uno de los lugares simbólicos del cristianismo en Pakistán: un santuario que el 24 de agosto acogió también la ceremonia de inauguración de la gruta de la Virgen presidida por monseñor Benny Mario Travas, administrador apostólico de la archidiócesis de Lahore.

La actualidad y la situación crítica no impidieron, sin embargo, que los más de 200.000 peregrinos participaran en el jubileo de diamante con flores, cantos, meditaciones y oraciones, acompañados por los obispos de todo Pakistán, que quisieron tomar parte ellos mismos en el acontecimiento.

Durante la homilía de la misa, el obispo Joseph Arshad pidió a las familias que dieran «lo mejor de vosotros mismos en la formación y educación de vuestros hijos en la fe católica. Sin fe no podemos crecer y elevar nuestras vidas, nuestra fe es nuestra fuerza y nuestro poder y debemos seguir los pasos de María, que nos enseña a permanecer unidos a Dios en todo momento. Ella ha estado siempre al lado de Jesús incluso en sus dificultades». «Rezo por los misioneros que han dedicado su vida a difundir el Evangelio en esta tierra y por los obispos, sacerdotes, monjas, catequistas y fieles locales que hacen todo lo posible por promover la fe y los valores católicos entre los demás a través de prácticas y enseñanzas», concluyó.

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