«Nada más ver el crucifijo que llevaba al cuello, le dispararon con un rifle»

Afzal Masih, de 42 años, fue asesinado de un disparo en el cuello mientras peregrinaba al santuario nacional de la Santísima Virgen María en Mariamabad, en Pakistán. «El asesinato ocurrió el 7 de septiembre, cometido por alguien que cree firmemente que matar a los cristianos es algo bueno», ha denunciado Paul Jacob Bhatti, presidente de la asociación Misión Shahbaz Bhatti, dedicada a su hermano asesinado en 2011 y venerado como siervo de Dios por la Iglesia católica.

«Afzal fue asesinado por unos jóvenes extremistas que, nada más ver el crucifijo que llevaba al cuello, le dispararon con un rifle. También hirieron a un primo suyo, menor de edad», afirmó Bhatti.

Según las agencias Licas News y Fides, el santuario celebró entre el 5 y el 8 de septiembre su tradicional fiesta anual, que reunió a más de 500.000 fieles católicos y cristianos de otras confesiones, así como a numerosos fieles musulmanes e hindúes. A pesar de las fuertes lluvias y las inundaciones, los peregrinos no quisieron faltar a la cita mariana, según ha confirmado el P. Qaisar Feroz OFM Cap, responsable de comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Pakistán.

Afzal Masih viajaba en un convoy con otros quince fieles cuando varios jóvenes en motocicleta se acercaron al minibús, iniciando provocaciones. Al detenerse para un control en una estación de servicio en Sheikhupura, a 30 km de Mariamabad, Muhammad Waqas abrió fuego con un rifle, hiriendo mortalmente a Afzal Masih en el cuello y en el brazo a su primo Harris Masih, de 16 años. Afzal fue trasladado al hospital, pero falleció. Tras su captura, Waqas declaró a la policía que «no tenía intención de matar». La comunidad cristiana pide que se aclare el caso y se haga justicia.

Mariamabad, fundada en 1893 por misioneros capuchinos, alberga una gruta mariana inspirada en Lourdes y fue proclamada santuario nacional en 1949. Cada año, el «Mela Maqaddasa Mariam» («Encuentro con Santa María»), reúne a miles de fieles para celebrar un momento de oración, fe y fiesta dedicado a la Virgen María.