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Las misas se celebran con gran solemnidad en Santa María

Las misas en Santa María se celebran con gran solemnidad

Misas llenas cada media hora, 200.000 comuniones el fin de semana y 15 curas: así es la parroquia de Dubái

Santa María, en Oud Metha, es una de las iglesias más activas del mundo, con cientos de bautizos cada mes y macro bodas frecuentes

No puede –ni pretende– competir con los soberbios rascacielos que la rodean. Pero la austera y achatada parroquia de Santa María en Oud Metha (Dubái) destaca por otras cifras astronómicas: 15 sacerdotes a tiempo completo; alrededor de 200.000 comuniones repartidas cada fin de semana en las decenas de misas que se celebran a intervalos de 30 minutos a una hora en multitud de idiomas, desde konkani hasta tagalo, pasando por malayalam, urdu, inglés, árabe, francés y coreano; numerosos voluntarios coordinados con la Policía local para organizar el tráfico, la seguridad y la gestión constante de multitudes; cientos de bautizos cada mes y macro bodas comunitarias ante la imposibilidad de celebrarlas personalizadamente.

¿Está la parroquia más multitudinaria del planeta enclavada en el corazón de un emirato de mayoría islámica? No hay cifras oficiales que lo puedan corroborar pero, sin duda, Santa María figura entre las más activas de todo el orbe católico. En España, no serán muchas las diócesis que precisen de 200.000 hostias cada semana. Y Santa María solo es una parroquia.

Una de las misas de domingo, completamente abarrotada

Una de las misas de domingo, completamente abarrotadaJohn Bruce

¿Cómo ha ocurrido este milagro en medio de un país mayoritariamente musulmán? Según recoge Aciprensa, aproximadamente 850.000 católicos vivían en los Emiratos Árabes Unidos (EAU) en 2020 —cerca del 9% de la población total—, aunque fuentes locales sugieren que la cifra ha aumentado rápidamente desde entonces, especialmente en Dubái. La práctica totalidad son inmigrantes de India y Filipinas, aunque también hay importantes comunidades árabes, africanas y europeas.

550 niños en la catequesis francesa

Santa María de Oud Metha fue consagrada en 1989, y desde entonces no ha parado de crecer. Esto propició que, en 2001, se fundara una segunda parroquia: la de San Francisco de Asís, en Jebel Ali. «Nuestra comunidad francófona, por ejemplo, era pequeña al inicio, pero ha crecido rapidísimo, sobre todo desde 2019», ha señalado Demont‑Lebert, residente en Dubái desde hace más de cinco años. Según sus cálculos, se ha producido un aumento del 25% en la feligresía francófona, con unos 2.000 fieles regulares y más de 550 niños en catequesis. «Aquí las familias suelen tener de tres a cinco hijos, y estar lejos de casa parece que les lleva a profundizar en la fe», añade.

Unos voluntarios de la parroquia de Santa María en Dubai

Unos voluntarios de la parroquia de Santa María en Dubai

«Para muchos, Dubái ha sido una bendición», asegura el P. Tanios Geagea, un sacerdote libanés que dirige las comunidades de habla árabe y francesa en Santa María desde 2010. «La gente a menudo se va con lágrimas en los ojos porque aquí encontraron una serenidad para la vida familiar y la fe que ya no experimentan en casa. Aquí nadie se burla de ti por ir a la iglesia o por tener un tercer hijo, como puede ocurrir en Occidente hoy en día. En medio de verdaderos desafíos, esta ciudad puede convertirse en un refugio inesperado de fe, familia y esperanza para el futuro».

¿Qué dicen al respecto las autoridades musulmanas del emirato? El clima de tolerancia en Dubái es real, pero controlado, según los cristianos que allí residen. Pueden practicar su fe en sus recintos, dirigir escuelas, impartir catequesis, organizar retiros, peregrinaciones, fiestas parroquiales. Pero la visibilidad pública está estrictamente restringida. No se pueden colocar cruces en lo alto de las iglesias, ni tocar las campanas. Las cientos de personas que siguen la misa desde el exterior del templo, por falta de espacio en su interior, con frecuencia pierden el hilo por el adhān (llamado islámico a la oración) que surge de los altavoces de la imponente mezquita situada enfrente.

Unos niños caracterizados como santos en una fiesta parroquial

Unos niños caracterizados como santos en una fiesta parroquial

Hay innumerables trabas para construir nuevas iglesias, y el clero está muy controlado: «Las visas para sacerdotes son difíciles de obtener. En nuestra comunidad tratamos de traerlos de manera regular, aunque sea por periodos cortos. No siempre es fácil», reconoce Armelle Demont‑Lebert, miembro del consejo parroquial francófono, en el National Catholic Register. «Conocemos las reglas del juego y tenemos que aceptarlas: es un país musulmán», añade.

Prohibidas las conversiones

En Santa María hay unos 15 sacerdotes permanentes, y en San Francisco, alrededor de 10, «una cifra modesta para la inmensa población que atienden», asume la parroquiana. Las restricciones más férreas se reservan a los conversos que proceden del Islam: reciben presiones muy fuertes, en especial de sus propias familias y comunidades, y pueden llegar a perder herencias, empleos e, incluso, derechos de custodia sobre los hijos. Muchos, por lo tanto, mantienen su fe oculta o emigran.

Una religiosa que colabora en la parroquia de Santa María

Una de las religiosas que colaboran en la parroquia de Santa María

Pese a todo, los católicos disfrutan en Dubái de una seguridad poco habitual en esa región. «Aquí nadie se siente amenazado en la vida, en las relaciones o en las convicciones. Cada quien es libre de ser lo que es, mientras no haya proselitismo», concluye el P. Geagea.

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