Un colorido mural con la imagen de los mártires en el monasterio de Santa María de Bujedo de Candepajares (Burgos)
Los mártires de Turón, los primeros de los casi 7.000 religiosos aniquilados en los años 30 en España
La Iglesia recuerda hoy a los ocho religiosos lasallistas y al sacerdote pasionista asesinados in odium fidei en 1934, entre ellos, el primer santo argentino
Se dedicaban a la educación de los hijos de los trabajadores en el colegio Nuestra Señora de Covadonga de Turón (Asturias). Eran queridos y respetados por las familias y los vecinos de la zona, y por eso los milicianos no encontraron a nadie que quisiera poner fin a sus vidas. Tuvieron que acudir a las cercanas localidades de Mieres y Santullano para hallar a alguien dispuesto a apretar el gatillo. Y lo encontraron. En la noche del 8 de octubre de 1934, nada más comenzar la funesta Revolución de Asturias, los nueve religiosos de Turón se convertirían en los primeros mártires de la persecución religiosa de los años 30 en España.
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Fueron beatificados por el Papa Juan Pablo II en 1990 y canonizados el 21 de noviembre de 1999, y la Iglesia celebra hoy su memoria. Los nueve mártires de Turón fueron los siguientes:
- San Cirilo Beltrán (46 años): Nacido en Lerma (Burgos), en 1888, de familia de trabajadores humildes. A los 17 años ingresó en la casa de estudios de los Hermanos de La Salle, en Bujedo. En el año 1909 recibió la orden de comenzar a dar clase y fue destinado a Deusto. Tuvo distintos destinos hasta que, en 1933 fue destinado a Turón como Director del Colegio de Nuestra Señora de Covadonga. Llevaba un año de director cuando estalló la revolución.
- San Marciano José (33 años): Nacido en El Pedregal (Molina de Aragón, Guadalajara) en 1900. Sus padres eran labradores. Conoció a los Hermanos de La Salle por su tío, el Hno. Gumersindo, enfermero en Bujedo y se animó a ir con él. A pesar de que era brillante en los estudios, una infección de oídos le dejó casi sin poder oír, por lo que tuvo que regresar a su hogar. Regresó a Bujedo pero, al no poder dedicarse a la docencia, pasó su vida en trabajos de ayuda a todos los hermanos con los que vivió. Fue trasladado a Turón en 1934 para sustituir a un hermano que decía tener miedo del lugar. No llegó a cumplir seis meses en su nuevo destino.
- San Julián Alfredo (31 años): Nacido en Cifuentes de Rueda (León), de familia humilde, su tío sacerdote le orientó hacia los frailes capuchinos de León. Sin embargo, por problemas de salud tuvo que regresar a su hogar y a los 22 años decidió volver a intentar la vida religiosa e ingresó en el noviciado de los Hermanos de La Salle, en Bujedo, con 22 años. Hizo sus votos perpetuos en 1932 y en 1933 fue destinado a Turón.
- San Victoriano Pío (29 años): Nacido en San Millán de Lara (Burgos) en 1905, de familia de labradores. Llegó al noviciado de Bujedo con tan solo 13 años. Pasó la mayor parte de su labor como Hermano de La Salle en el Colegio La Salle de Palencia. Comenzado el curso de 1934 recibió la orden de trasladarse a Turón, porque había que atender a la clase de los mayores, que se habían quedado sin profesor.
- San Benjamín Julián (25 años): Nacido en Jaramillo de la Fuente (Burgos) en 1908, tenía tan solo 11 años cuando se quedó prendado de los proyectos de vida que les propuso en el pueblo un Hermano de las Escuelas Cristianas que pasó por su escuela, invitando a los alumnos a ser educadores cristianos. No se admitían en Bujedo niños tan pequeños, pero con él hicieron una excepción. Hizo sus estudios para ser profesor y comenzó dando clase en Santiago de Compostela. En el verano de 1933 fue destinado a Turón.
- San Augusto Andrés (24 años): Nacido en Santander, en 1910, desde muy pequeño frecuentó la Escuela de San José, llamada del Círculo Católico, que los Hermanos de La Salle llevaban en esa ciudad. Con 12 años fue a Bujedo y terminó su formación en el verano de 1929. Fue destinado al Colegio Nuestra Señora de Lourdes, en Valladolid, pasó también por Palencia, donde cumplió con el servicio militar, y en el año 1933 fue destinado a Turón.
- San Benito de Jesús (24 años): Nacido en Argentina, de padres burgaleses. Regresaron pronto de Argentina pues la vida no resultó tan halagüeña como esperaban y regresaron a Briviesca. Ingresó en Bujedo con 12 años. Los estudios le fueron bien y cuando pidieron voluntarios para ir a la casa de Bélgica, se ofreció. Regresó en 1935 para ingresar en el noviciado. Estudió Magisterio y fue destinado al colegio de Astorga. Fue enviado a Turón en el verano de 1933. Es el primer santo de la historia nacido en Argentina.
- San Aniceto Adolfo (22 años): El más joven de los Santos Mártires de Turón. Tenía 21 años cuando llegó a la escuela del valle minero y cumplió 22 el mismo día en que estallaba la revolución. Nació en Celada Marlantes, en la frontera entre Cantabria y Castilla. De su casa fueron al noviciado de los Hermanos de La Salle él y dos hermanos más. Entró en el noviciado en 1928. Al terminar sus estudios fue primero destinado al colegio de Nuestra Señora de Lourdes, en Valladolid. Allí pasó un año y posteriormente fue destinado a Turón, en 1933.
- San Inocencio de la Inmaculada (47 años): Nacido en Santa Cecilia y San Acisclo (Lugo). Con 15 años decidió comenzar su formación religiosa con los padres Pasionistas y realizó su formación religiosa en Peñafiel (Valladolid) y después en Deusto (Vizcaya). Fue ordenado sacerdote en 1913 y se dedicó a la docencia. Cuando llegó a Mieres, había allí una comunidad de 29 religiosos. Recibió el encargo de atender clases de Filosofía y diversas tareas pastorales en la región. por eso se había ofrecido a ir a Turón, aunque voces amigas le habían recomendado no moverse de casa esos días.