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27 de abril de 2024

Jaime Mayor Oreja, durante su intervención

Jaime Mayor Oreja, durante su intervenciónCEU

Congreso Católicos y Vida Pública

Mayor Oreja: «No tenemos derecho a la desmoralización y a la resignación; es incompatible con la fe»

«Dios quiere hacer de este tiempo nuestro, de esta nuestra historia, historia de salvación», asegura monseñor Fidel Herráez en la inauguración del 25 Congreso Católicos y Vida Pública en la Universidad CEU San Pablo

El Congreso Católicos y Vida Pública (CCVP) –organizado por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y la Fundación Universitaria San Pablo CEU– celebra este fin de semana su 25ª edición con el título Vivir, compartir, anunciar: Evangelizar. El acto inaugural ha tenido lugar este viernes en el aula magna de la universidad, con la presencia de Rafael Sánchez Saus, su director. Sánchez Saus ha señalado que estas jornadas pretenden «proponer a la sociedad el valor y la potencia cristiana, y cimentar la unidad».
Ante un «cambio antropológico» que afecta a los propios conceptos de libertad y vida humanas, se trata de «llevar la luz del Evangelio a todos los pliegues de la sociedad». También ha intervenido en la inauguración el nuncio del Vaticano en España, monseñor Bernardito Auza; el consiliario nacional de la ACdP y arzobispo emérito de Burgos, Fidel Herráez; y Alfonso Bullón de Mendoza, presidente de la ACdP y del CEU.
Herráez ha aportado una nota de optimismo en un ambiente que parece invitar a lo contrario: «En este tiempo, que es el nuestro, Dios quiere hacer de esta nuestra historia, historia de salvación». Por su parte, monseñor Auza ha subrayado la continuidad que los 25 años de CCVP tienen con el mensaje de Juan Pablo II: «fieles laicos que de ningún modo pretenden abdicar de la participación pública». Ha aludido al carácter de la ACdP, impreso desde sus fundadores, Ángel Ayala y Ángel Herrera Oria, y al aspecto «propositivo» del mensaje cristiano. Según el nuncio, una de las pautas esenciales de la actitud evangelizadora del CCVP y la ACdP es la centralidad de la Eucaristía, sin la cual todo quedaría reducido a otra cosa. Pues, a fin de cuentas, «la fe cristiana no es una ideología».
Inauguración  del XXV Congreso Católicos y Vida Pública

Inauguración del XXV Congreso Católicos y Vida PúblicaCEU

En su turno, Bullón de Mendoza ha comenzado teniendo palabras de agradecimiento a la memoria de Alfonso Coronel de Palma (1963-2018), quien le había encomendando en 1998 la organización de la primera edición de este congreso. Una edición para la que se contó con la participación de nombres como Leopoldo Calvo-Sotelo, Antonio Fontán, Landelino Lavilla, Marcelino Oreja, Ana Palacio, Manuel Pimentel, Francisco Vázquez, Jaime Mayor Oreja, entre otros. Y luego, nuevas ediciones en que se han escuchado voces que han ido desde el cardenal Robert Sarah hasta el filósofo Rémi Brague. También ha añadido que una de las esencias de este congreso son los ratos informales de café y charlas de pasillo, donde los participantes conversan amigablemente.
Precisamente Jaime Mayor Oreja, presidente del Real Instituto Universitario CEU de Estudios Europeos, ha impartido la primera conferencia: «25 años del Congreso Católicos y Vida Pública». Antes de sus palabras, Ana del Pino, coordinadora Nacional de NEOS, ha definido a Mayor Oreja como un «hombre valiente y católico practicante». El otrora ministro del Interior se ha referido al proceso de «creciente secularización» que se ha vivido durante este cuarto de siglo, y frente al cual el CCVP supone «una llama de fe y esperanza». También ha recordado palabras de Juan Pablo II: «Europa, sé tú misma, vuelve a tus raíces». Sin embargo, «no ha sido ese el camino escogido por muchos europeos» desde que el Papa polaco pronunciase aquel discurso. En su opinión, «no estamos ante el abismo, sino que nos encontramos ya en caída libre, con vocación suicida; nos hemos lanzado al vacío». Por eso, los cristianos «tenemos más obligación que nadie de defender la verdad, y lo que implica la existencia de Dios en la vida cotidiana».
Bernardito Auza, junto a Alfonso Bullón de Mendoza

Bernardito Auza, junto a Alfonso Bullón de MendozaCEU

Según Mayor Oreja, la ACdP ha estado presente en varias transiciones que ha vivido España desde hace más de un siglo; algunas «positivas», en referencia a 1978, y otras negativas, en alusión explícita al momento actual y al advenimiento de la II República. Advierte de que nos hallamos en una «etapa final» y que «el desorden acaba en violencia». Prosigue: «Nos hemos vuelto esencialmente cómodos, y preferimos la mentira cómoda a la verdad incómoda». Comenta Mayor Oreja que, durante cincuenta años, España vivió «determinada por la violencia», de manera que el terrorismo «determinó la existencia de nacionalidades históricas, sobrevaloró lo pequeño y combatió lo común». El terrorismo también determinó el rumbo del país en marzo de 2004. Ahora, la mentira ha ocupado el lugar de la violencia, una «mentira omnipresente». Dentro de estas «mentiras», comienza por el nacionalismo, cuyo fruto ha sido la secularización de Cataluña y el País Vasco, al sustituir una religión verdadera por otra falsa. Las mentiras actuales se han visto en la pasada legislatura: desde la «ley del sí es sí» o la de «bienestar animal», hasta las leyes «trans», de «memoria democrática» o de eutanasia.
Frente al proceso de balcanización que prevé para esta nueva legislatura, y a la sustitución de una sociedad cristiana por un otra de cariz muy distinto, Mayor Oreja anima a vivir la fe sin arrinconarla en la esfera privada, aunque sin tampoco imponerla. Además de motivos de esperanza que detecta en iniciativas como Hakuna o el periódico El Debate, lo esencial es un cambio de actitud personal. Por eso afirma: «No tenemos derecho a la desmoralización y a la resignación; es incompatible con la fe».
Jaime Mayor Oreja y Ana del Pino

Jaime Mayor Oreja y Ana del PinoCEU

Han cerrado los actos matinales varios invitados venidos de América y que han conformado la mesa redonda «Los congresos Católicos y Vida Pública en el mundo: ayer, hoy y mañana». Liza M. Riestra, adjunta ejecutiva al presidente de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico; Aníbal Vial, director general de la Fundación Irarrázaval de Chile; la burgalesa Esther Gómez de Pedro, directora nacional de Formación, e Identidad de la Universidad Santo Tomás de Chile; y Alejandro Chafuen, director gerente internacional del Acton Institute, han compartido sus experiencias en los respectivos congresos que albergan sus entidades académicas. Excepto en el caso de Chafuen, que ha destacado la cooperación entre católicos y protestantes en su universidad, los demás intervinientes han relatado cómo sus congresos nacieron inspirados e incluso alentados por el CCVP del CEU. Además de la fuerte impronta ratzingeriana, les une el interés por la excelencia, una alta vocación de diálogo, de influencia de los católicos en la vida pública y de trabar relaciones de comunidad y cooperación. Como dice Gómez de Pedro, uno de los desafíos de estos congresos consiste en «estar atentos a los signos de los tiempos», para aportar respuestas adecuadas a la luz del Evangelio, pues, a pesar de las crisis, «la Iglesia sigue viva y vigente».
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