Cinco condenas de Juan Pablo II al progresismo y al integrismo eclesiástico
«Unos tienen la obsesión de avanzar pero, ¿hacia qué progreso? Otros –haciendo notar determinados abusos que nosotros somos los primeros en reprobar y corregir–, endurecen su postura deteniéndose en un período de la Iglesia que consideran como absoluto»