El nuevo presidente de la Conferencia episcopal de Estados Unidos, Timothy P: Broglio
Lección de obediencia al Papa Francisco del presidente de los obispos de EE.UU.
El Arzobispo Timothy P. Broglio ha señalado que la Iglesia, como discípulos de Cristo, no está obligada «a imitar a la sociedad que nos rodea contribuyendo a las diatribas sobre los demás»
El recién elegido presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, el Arzobispo Timothy P. Broglio ha compartido en American Magazine unos pensamientos a propósito de su nombramiento y de la reciente visita del episcopado norteamericano al Papa Francisco.
El arzobispo y militar comienza con el recuerdo del «importante papel que la conferencia puede desempeñar para facilitar el ministerio de cada obispo». Para ello, evoca Apostolos Suos de san Juan Pablo II: «La autoridad de la Conferencia Episcopal y su campo de acción están en estricta relación con la autoridad y la acción del Obispo diocesano y los Obispos equivalentes a ellos en derecho. Los obispos «presiden en el lugar de Dios sobre el rebaño cuyos pastores son, como maestros de doctrina, sacerdotes de culto sagrado y ministros de gobierno».
Nunca debemos olvidar el imperativo del Evangelio, que también será el término de nuestro juicio final
Por eso, Broglio considera que «el trabajo de la Conferencia en términos de su servicio al ministerio pastoral de los obispos, sucesores de los Apóstoles, al cuidado de los que se les han confiado» y señala desde el principio que «el Papa Francisco ha hablado en términos similares. Ese servicio adopta muchas formas».
No estamos obligados a imitar a la sociedad que nos rodea contribuyendo a las diatribas sobre los demás
La primera acción de Broglio en su nuevo cargo ha sido nombrar al arzobispo Nelson Pérez de Filadelfia, como presidente de la junta directiva de Catholic Relief Services, para llegar a aquellos que están fuera de nuestras fronteras, que están en necesidad, recordando que como nación «han sido muy bendecidos, y nunca debemos olvidar el imperativo del Evangelio, que también será el término de nuestro juicio final, para ver a Cristo en los necesitados».
Al modo evangélico
Broglio también recuerda que el avivamiento eucarístico, «ofrece una oportunidad para que todos profundicen en la fe en Jesucristo presente cuerpo, sangre, alma y divinidad en la Eucaristía y cultiven nuestra hambre de recibirlo dignamente y con frecuencia», por eso trae a colación que «como obispos, debemos asegurarnos de que nuestros fieles conozcan y celebren este don único. Es un privilegio ser parte de este avivamiento» del sacramento de la unidad.
No estoy sugiriendo que ignoremos el desacuerdo, sino que lo manejemos de una manera evangélica
De ahí, que el nuevo presidente de los obispos norteamericanos señale que sufren «una unidad dañada; unidad que reconoce «tener la responsabilidad de cultivar, lo que no significa que seamos copias de los demás o que siempre tengamos los mismos enfoques para un problema. Significa que, si no estamos de acuerdo, primero hablamos entre nosotros. No estamos obligados a imitar a la sociedad que nos rodea contribuyendo a las diatribas sobre los demás», señala Broglio.
En este sentido, Broglio señala que «en varios lugares de las Escrituras se nos enseña cómo debemos lidiar con los desacuerdos, la disensión y el pecado», además de la utilidad de «considerar su enseñanza antes de emprender un curso de acción que podría exacerbar las tensiones en la iglesia y el mundo. No estoy sugiriendo que ignoremos el desacuerdo, sino que lo manejemos de una manera evangélica».
«Como maestros de la fe, los obispos –a juicio de Broglio– deben instruir con el ejemplo de nuestra caridad, fraternidad y moderación de palabra. Debemos cultivar el silencio que tan a menudo defiende el Papa Francisco. Debemos bajar el volumen de la disidencia para escuchar la voz del Señor, que llama a la puerta y nos invita a la comunión con él también a través de la comunión con los demás».
Atentos a Francisco
«La predicación del Evangelio, –recuerda Broglio– incluye también la atención filial a la enseñanza del obispo de Roma. Como iglesia bajo y con Pedro, respondemos a su impulso de cuidar a los pobres, cultivar la protección de nuestra casa común y llegar a los márgenes con el mensaje sanador del Maestro».
Timothy Broglio finaliza recordando la función de la Conferencia Episcopal norteamericana, que no es otra que la de «insertar el Evangelio en nuestra sociedad, dar a conocer nuestras preocupaciones a los legisladores y al gobierno, y mantener al público consciente del mensaje del Papa Francisco».
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