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03 de mayo de 2024

Dos obreros durante la construcción de una obra

Dos obreros durante la construcción de una obraEuropa Press

Conferencia Episcopal Española

Los obispos lamentan la muerte de tres personas al día en accidentes laborales

Con motivo del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, los prelados hacen un llamado al acompañamiento de los familiares de las víctimas

El próximo domingo se celebrará el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Por ello, desde la Iglesia española pretenden hacer «un llamamiento para promover la defensa de la vida en el trabajo». A través de un comunicado, han denunciado la «pérdida de salud y de vidas» y ven necesaria crear una concienciación social, así como en las comunidades sobre la cuestión.
El obispo responsable de la Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española, Abilio Martínez Varea, junto al director del departamento, Antonio Javier Aranda López, son quienes firman el escrito.

«No son números, son personas»

«Nos sentimos llamado a acompañar a las víctimas» es la frase que encabeza el comunicado de la CEE. En sus primeras líneas lamentan la muerte de «entre dos y tres» personas durante sus jornadas laborales. Han calificado como «aterradora» la cifra total de 2023, según el ministerio de Trabajo y Economía Social, que alcanza las 721 vidas perdidas.
Aunque, dicen, la tendencia se muestra a la baja, han lamentado «la falta de salud laboral y las devastadoras consecuencias» que sufren tanto los trabajadores como sus familias. Así, han remarcado que se trata de personas y no solo de números, como apuntaba el Papa Francisco en un discurso ante la Associazione Nazionale Costruttori Edili (ANCE).

Acompañamiento de las familias

La CEE ha comentado que, aunque «los números ayudan a apreciar la magnitud del problema», hay que seguir tratando la cuestión teniendo en cuenta que las víctimas son «seres únicos». Igualmente, se han acordado «del dolor y la soledad» que experimentan los cercanos de los fallecidos, constatando «la tragedia personal y familiar que hay detrás de cada accidente». De esta forma, los obispos han pedido el acompañamiento en el dolor a las víctimas, así como el apoyo a sus «justas reivindicaciones».
La defensa de la vida, continúa el comunicado, pasa por tratar de atajar esta desgracia, identificando «sus causas profundas» y empeñándose en «eliminarlas desde todos los ángulos posibles». La Conferencia ha manifestado su urgencia, añadiendo con un «nos va la vida en ello». Además, se han acordado quienes sufrirán «el sufrimiento de un mal sobrevenido por el simple hecho de ganarse la vida».
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