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25 de abril de 2024

El cardenal Luis Antonio Tagle

El cardenal Luis Antonio Tagle es el pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización.

¿En qué se diferencia el sufrimiento vano y el martirio? El cardenal Tagle lo explica

«No es una muerte por algo, es más bien un amor por alguien, pero por alguien que nos amó hasta la muerte», señaló Luis Antonio Gokim Tagle

el Cardenal Luis Antonio Gokim Tagle, pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización recordó en la eucaristía celebrada tras la Asamblea General de las Obras Misionales Pontificias (OMP) que «el sufrimiento en sí mismo no es martirio, el sufrimiento se convierte en martirio cuando existe el testimonio».

Morir a nosotros mismos

Al dirigirse a los directores de las Obras Misionales Pontificias, el Cardenal instó a «nutrirse» de la reflexión del Santo Padre sobre el celo apostólico y continuó su homilía profundizando en el significado del martirio, a partir de la conmemoración litúrgica de los mártires de Uganda, según informó Agencia Fides.

Para dar testimonio es necesaria la muerteLuis Antonio Gokim Tagle

«Hoy celebramos la memoria de San Carlos Lwanga y sus 21 compañeros, conversos al cristianismo; eligieron seguir a Jesús, sobre todo a Jesús y sólo a Jesús. El precio de esta fe fue el martirio. Martyría significa precisamente 'dar testimonio' –ha señalado el Cardenal–. Nuestros mártires estaban dispuestos a morir por su testimonio. La muerte es el acto final y el acto de mayor testimonio; pero estamos llamados a dar testimonio de Jesús todos los días de nuestra vida. Sabemos que para dar testimonio de Jesús debemos morir a nosotros mismos. Para dar testimonio es necesaria la muerte».

Morir por nuestro amado

Tagle subrayó que «si es verdad que la sola palabra 'muerte' incita pensamientos de miedo y temor, sale al rescate la primera carta de san Juan, que afirma que donde existe el amor perfecto no hay lugar para el miedo».
«Podemos decir que el martirio es la capacidad de sufrir e incluso de morir por mi amado Jesucristo. No es una muerte por algo, es más bien un amor por alguien, pero por alguien que nos amó hasta la muerte», afirmó Tagle, que concluyó recordando la indicación del Papa Francisco a propósito de la labor humanitaria de la Iglesia para que «no sea sólo una actividad burocrática o financiera, sino un testimonio enraizado en el amor de Jesucristo, que nos da la fuerza para amar y morir un millón de veces cada día por nuestro amado».
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