Tierra Santa
¿Qué pasaría si los cristianos desaparecen de Tierra Santa?
Según datos del Consejo de las Iglesias Cristianas de Oriente Medio, los cristianos representan apenas el 1 % de la población en los territorios palestinos, y menos del 2 % en Israel
Tierra Santa es el nombre que se le da a la región donde se desarrollaron los acontecimientos más importantes de la historia del cristianismo. Allí nació, vivió, predicó, murió y resucitó Jesucristo. Allí también se formaron los primeros discípulos y comunidades cristianas, que luego se expandieron por el mundo.
Allí, los cristianos son una minoría vulnerable y amenazada por el conflicto entre Israel y Palestina, que lleva décadas sin resolverse. Según datos del Consejo de las Iglesias Cristianas de Oriente Medio, los cristianos representan apenas el 1 % de la población en los territorios palestinos, y menos del 2 % en Israel. Muchos de ellos han tenido que emigrar por la violencia, la discriminación, la falta de oportunidades y la presión de los grupos extremistas.
¿Qué consecuencias tendría para el cristianismo y para el mundo si los cristianos desaparecen de Tierra Santa? Para responder a esta pregunta, El Debate ha consultado a varios expertos y líderes religiosos que conocen de cerca la realidad de los cristianos en esa región.
Una pérdida histórica y cultural
El padre Manuel Dorado, director del Centro Español de Estudios Bíblicos en Jerusalén, dice que la desaparición de los cristianos de Tierra Santa sería una pérdida histórica y cultural irreparable. «Los cristianos son los herederos directos de la tradición bíblica y apostólica. Son los guardianes de los lugares santos, donde se conserva la memoria viva de Jesús y de su mensaje. Son también los puentes entre las diferentes culturas y religiones que conviven en Tierra Santa», afirma.
El padre Dorado explica que los cristianos han contribuido al desarrollo social, educativo y humanitario de Tierra Santa, especialmente en favor de los más pobres y marginados. «Los cristianos han fundado escuelas, hospitales, orfanatos, centros para discapacitados, etc. Han sido también mediadores y promotores del diálogo y la paz entre judíos, musulmanes y cristianos», señala.
El director del Centro Español de Estudios Bíblicos en Jerusalén también advierte que, si los cristianos se van de Tierra Santa, se perdería una parte esencial de la identidad cristiana y se pondría en riesgo la preservación de los lugares santos. «Los lugares santos no son solo piedras o edificios. Son espacios sagrados donde se puede experimentar la presencia de Dios y el encuentro con Jesús. Sin los cristianos vivos que los custodian y celebran allí su fe, los lugares santos perderían su sentido y su valor», dice.
Una llamada a la solidaridad y a la oración
El obispo William Shomali, vicario patriarcal de Jordania, explica que la desaparición de los cristianos de Tierra Santa sería una tragedia para el cristianismo y para el mundo. «Los cristianos son una parte integral del pueblo palestino. Son ciudadanos leales y pacíficos. Son testigos del amor de Dios y del respeto a la dignidad humana. Son también una voz profética que denuncia las injusticias y defiende los derechos humanos», afirma.
El obispo Shomali expresa su preocupación por el futuro de los cristianos en Tierra Santa, especialmente por los que viven en Gaza, donde sufren las consecuencias de los ataques. «Los cristianos en Gaza son unos 1.000 entre dos millones de habitantes. Viven en condiciones muy difíciles: falta de agua potable, electricidad, medicinas, trabajo, libertad de movimiento, etc. Muchos quieren salir de Gaza, pero no tienen permiso ni recursos», cuenta.
El obispo Shomali hace un llamado a la solidaridad y a la oración por los cristianos en Tierra Santa. «Los cristianos necesitan sentirse acompañados y apoyados por sus hermanos en la fe. Necesitan que se conozca su situación y que se presione a los gobiernos para que se respeten sus derechos. Necesitan también que se ore por ellos, para que tengan fortaleza, esperanza y paz», dice.
Oportunidad para el diálogo y la reconciliación
El pastor Munther Isaac, pastor de la Iglesia Luterana de la Navidad y Decano Académico de la Escuela Bíblica, en Belén, nos dice que la desaparición de los cristianos de Tierra Santa sería una pérdida espiritual y misional para el cristianismo y para el mundo. «Los cristianos son los portadores del evangelio de Jesús, que es un mensaje de salvación, de justicia y de paz. Son los llamados a ser la sal y la luz del mundo, a ser el fermento que transforma la sociedad. Son también los que pueden facilitar el diálogo y la reconciliación entre las partes en conflicto», afirma.
Isaac explica que los cristianos tienen una visión teológica y ética que les permite afrontar los desafíos de Tierra Santa con fe y esperanza. «Los cristianos creen que Dios es el Señor de la historia y que tiene un plan para su pueblo y para su tierra. Los cristianos también creen que todos los seres humanos son creados a imagen y semejanza de Dios y que tienen una dignidad y unos derechos inalienables. Los cristianos, además, creen que Jesús es el Príncipe de Paz y que nos enseña a amar a nuestros enemigos y a buscar el bien común», dice.
Por otro lado, el pastor propone que los cristianos aprovechen la oportunidad que les brinda Tierra Santa para ser testigos del amor de Dios y para ser agentes de cambio. «Los cristianos tienen una responsabilidad y una misión en Tierra Santa. No pueden quedarse indiferentes ni resignados ante el sufrimiento y la violencia. Tienen que ser fieles al evangelio y al llamado de Jesús. Tienen que ser una voz profética y una presencia sanadora. Tienen que ser un signo de esperanza y una fuerza de paz», subraya.
Los cristianos en Tierra Santa son una minoría amenazada por el conflicto entre Israel y Palestina, que les obliga a emigrar o a vivir en condiciones precarias. Su desaparición sería una pérdida histórica, cultural, espiritual y misional para el cristianismo y para el mundo. Por eso, es necesario apoyarlos, conocerlos y orar por ellos. También es necesario trabajar por una solución justa y pacífica del conflicto, que garantice la seguridad, la libertad y la convivencia de todos los pueblos y religiones en Tierra Santa.
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