Vista del Monasterio de Vico, en La Rioja
Experiencia monástica durante siete días
Ser monja por una semana es posible en este monasterio de La Rioja
«Solo pretendemos compartir la vida fraterna que llevamos y que nos colma de alegría», explican las hermanas de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia
cuenta la leyenda que la Virgen se apareció al Kan de Vico, jefe de una de las comunidades árabes de Arnedo, en el año 1045. Cuatrocientos años después fray López de Salinas fundó un monasterio en el que hoy cualquier mujer de entre 18 y 60 años puede pasar una semana viviendo la experiencia monástica como una de las hermanas de la orden cisterciense de la estricta observancia que allí habitan.
El monasterio de Nuestra Señora de Vico se encuentra a 5 kilómetros de la ciudad de Arnedo, en La Rioja, en un paraje único rodeado de viñedos y naturaleza. Las religiosas que viven allí han decidido comenzar un proyecto con el que abrir su casa durante siete días con otras mujeres. «Solo pretendemos compartir la vida fraterna que llevamos y que nos colma de alegría», explican en su página web.
Monasterio trapense de Nuestra Señora de Vico
Es una semana de retiro, pero no tanto de descanso. Vivir como una monja también es trabajar y hacer todo lo que ellas hacen en su día a día. Ora et labora, como dice la regla de san Benito. Así, las religiosas piden que en la medida de lo posible quienes quieran participar colaboren y ayuden.
Dos de sus trabajos estrella son sus productos reposteros y sus cerámicas pintadas a mano. Su calidad y elaboración ha sido reconocida por el Gobierno de La Rioja que otorgó a las hermanas de Vico la Calificación de Artesano. Además, las religiosas se dedican a la oración y la liturgia, aunque tienen también una hospedería donde acogen peregrinos.
Las hermanas de Nuestra Señora de Vico
La aventura en este monasterio de La Rioja no está enfocado solo a mujeres católicas que tengan dudas sobre su vocación, sino que también permiten vivirla a personas de otras confesiones religiosas. «Admitimos mujeres casadas, que vuelvan a sus familias con un espíritu renovado y de este modo ser un faro para su familia, si no hay familia no hay nada», confiesa la superiora cisterciense, la madre Isabel. Su duración es de siete días porque en su opinión las personas necesitan mínimo cuatro días para adaptarse a los horarios.
Pueden coincidir viviendo la experiencia nada más que dos mujeres externas. «Van a dormir en nuestros cuartos y van a compartir la vida con nosotros», explica la superiora que también indica que prefieren que sea un sola persona para atenderla y orientarla. No van a quitarle el teléfono a nadie, pero piden por favor que es mejor evitar siquiera llevarlo.
Vista aérea de la abadía benedictina de Santo Domingo de Silos, asediada por un incendio forestal que no ha dañado el histórico monasterio
El de Vico no es el único lugar en España donde poder vivir una experiencia monástica. Cada verano, los monjes de Santo Domingo de Silos acogen a un grupo de hombres que tengan dudas sobre su vocación para pasar unos días discerniendo. La inquietud por la vida monástica puede quedar satisfecha también en el monasterio de Santa María de Huerta en Soria para los hombres o con las clarisas de Carrión de los Condes en Palencia para las mujeres.
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