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04 de mayo de 2024

Georg Batzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana

Georg Batzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana

Crisis en la Iglesia alemana: del camino sinodal rebelde al Vaticano al cierre de 650 templos

Desde 2005, han cerrado 650 iglesias cristianas, según datos de la Conferencia Episcopal Alemana. Entre 2019 y 2023, el ritmo se ha acelerando y ha llegado a afectar a 29 templos cada año

en 19 años han cerrado sus puertas un total de 650 iglesias en Alemania. Algunas siguen vacías a día de hoy, pero otras o han sido derribadas o han sido aprovechadas para otros fines, como una de Gelsenkirchen, donde la Iglesia evangélica colocó en su interior un centro de escalada para atraer turistas, ya que no tienen tanta éxito con los feligreses.
Los datos de la Conferencia Episcopal Alemana apuntan que el ritmo de clausura de templos se ha acelerado. Entre 2019 y 2023, se vieron afectadas 28 iglesias cada año por todo el país germánico. La previsión no es optimista: se prevé que para 2060 cerca de 40.000 edificaciones eclesiásticas sean abandonadas. Así se indica en un informe publicado en mayo de 2023 por la revista Kirche & Recht, donde se advierte que la causa está en la pérdida de fieles y que puede llevar al colapso económico.
Si en 2015 los católicos en Alemania representaban un 30 % de la población, en 2022 –el último del que se tienen datos confirmados– apenas llegaba al 24 %. Ese año marcó un descenso grave de la cifra. Medio millón de alemanes dejaron la Iglesia en 2022 (522.821), tras unas salidas en 2021 cifradas por el episcopado germano en 359.338 fieles.
Cuando estos datos fueron presentados por la Conferencia Episcopal Alemana, su presidente Georg Bätzing, obispo de Limburgo, intentó no ser pesimista. «Debemos seguir actuando con coherencia y la gente debe experimentar que estamos a su lado y que estamos ahí para ellos», dijo al digital local Katholisch. Entonces, el presidente de los obispos germanos afirmó: «Estamos cambiando las estructuras para que pueda crecer una nueva cultura que promueva la transparencia, permita la participación y evite los abusos de cualquier tipo».
El mismo Bätzing es uno de los defensores del Camino Sinodal Alemán, que en cambio cuenta con la total desaprobación del Vaticano. El Papa Francisco ha advertido en varias ocasiones que sus decisiones amenazan con «alejarse cada vez más del camino común de la Iglesia universal». Esa nueva cultura que el obispo de Limburgo ya anunciaba se concreta en los planes del sínodo de la Iglesia alemana de crear un 'Comité sinodal' que, según la Santa Sede, no haría otra cosa que socavar el papel y la labor de los obispos y colocarse por encima del autoridad de la Conferencia Episcopal del país.
En una carta enviada por tres de los colaboradores más estrechos del Papa Francisco Pietro Parolin, Luis Ladaria y Marc Ouellet– a los obispos alemanes se desaprobaba específicamente el órgano ideado por el camino sinodal alemán y confirmaban que las decisiones de este proceso «no pueden limitar la autoridad de la Conferencia Episcopal y no son vinculantes para los obispos individualmente».
Bätzing respondió al Vaticano explicando que el consejo que pretendían forman se movería dentro del Derecho Canónico. Este intercambio de misivas ocurrió en marzo de 2023 y después de esto, aun contando con la prohibición expresa de la Santa Sede, el grupo de laicos del sínodo aprobó en noviembre del pasado año los estatutos y el reglamento interno del organismo y han pedido a sus obispos que lo hagan también.
El último desencuentro entre los obispos alemanes partidarios del consejo sinodal y el Vaticano ha tenido lugar hace apenas unos días. El pasado 19 de febrero, durante la apertura de la asamblea plenaria de los obispos, Bätzing señaló que en su opinión el Vaticano está retrasando las conversaciones acordadas entre la Curia de Roma y la Conferencia Episcopal Alemana. Durante su intervención mencionó también una última carta que ha recibido de parte del cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Víctor Manuel Fernández, y el prefecto del Dicasterio para los Obispos, Robert Prevost, en la que se pedía a los obispos germanos retirar del orden del día la votación prevista sobre el estatuto del Comité sinodal.
La misiva, que cuenta con la aprobación directa del Pontífice, vuelve a recordar al camino sinodal que la constitución de un órgano de decisión paralelo al de la jerarquía episcopal de ese país «no está previsto por el derecho canónico vigente y, por tanto, una resolución de la Conferencia Episcopal Alemana en este sentido sería inválida, con las correspondientes consecuencias jurídicas». A esto Bätzing ha respondido confirmando que esperarán para discutir «las objeciones de la parte romana, sacar consecuencias de ellas y preparar las conversaciones».
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