El Papa Francisco ha equiparado en alguna ocasión el foco mediático que se le otorga a los sacerdotes y a los aviones: «Sólo son noticia cuando caen». En esta ocasión, lo noticioso no ha sido un sacerdote denunciado por pederastia, sino el hecho de que el que le acusó acaba de retirar su denuncia porque sus acusaciones habían sido producto de un «falso recuerdo».
En una carta remitida la semana pasada por monseñor Frank Dewane, obispo de Venice (Florida, Estados Unidos) a los feligreses de la parroquia del Sagrado Corazón en Punta Gorda y recogida por la agencia CNA, el prelado asegura que «no hay pruebas que respalden» las acusaciones de que su párroco, el padre Jerome Kaywell, hubiera cometido conducta sexual inapropiada en 2013 y 2014.
Según explica monseñor Dewane en la misiva, el pasado 13 de febrero la diócesis recibía una carta del despacho de abogados que representaba a la supuesta víctima donde explicaban que ésta retiraba los señalamientos y «pedía disculpas». «Por lo tanto, considero el asunto cerrado y restablecido el buen nombre del padre Jerome Kaywell», dijo el obispo.
A lo largo de la investigación, señaló el obispo, el padre Kaywell «sostuvo su inocencia, afirmando que la acusación no pudo haber sucedido».
El padre Kaywell ha sido párroco de la iglesia de Punta Gorda desde 2004. Fue ordenado presbítero en 1991. Se trata de un sacerdote conocido en Estados Unidos porque en 1985 grabó un álbum ganador de un Grammy, «Let My People Go», con el grupo de gospel The Winans.
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