El obispo de Hong Kong desafía a Pekín y pide perdón por la matanza de Tiananmen
En el gigante asiático está prohibido cualquier homenaje a las víctimas o conmemoración de esta masacre, cuyas víctimas ascienden a varios cientos
el obispo de Hong Kong, el cardenal Stephen Chow ha desafiado el silencio impuesto por las autoridades de Pekín al pronunciarse ante el 35 aniversario de la matanza de Tiananmen, en Pekín. Toda información sobre este acontecimiento histórico está fuertemente censurada por el Gobierno, pero Chow ha escrito un artículo en el periódico diocesano en el que subraya que «por mucho que algunos quieran que lo ocurrido sea archivado, para muchos sigue siendo una fuente de sufrimiento».
En el gigante asiático está prohibido cualquier homenaje a las víctimas o conmemoración de esta masacre, cuyas víctimas ascienden a varios cientos, pero también ha habido quien las ha cifrado en 3.000 muertos. Si bien, no hay datos oficiales al respecto. No obstante, el cardenal ha aprovechado la efeméride para reflexionar sobre un hecho que le marcó profundamente en su juventud. Las muertes en la famosa plaza de Pekín «han dejado una herida profunda en algunas partes de nuestra psique», admite el cardenal, al tiempo que asevera que «sigue siendo un punto doloroso que requiere atención adecuada para curarse».
En el artículo firmado por el obispo en el Sunday Examiner reconoce que la respuesta para afrontar el dolor la recibió de la fe cristiana. «Me lleva a perdonar a todas las personas y cualquier cosa», ha escrito. Stephen Chow continúa: «El perdón de Dios no requiere de nuestro arrepentimiento». Esto implicaría que «podemos aprender a perdonas de manera proactiva».
El cardenal termina su declaración con una petición en la que cuenta cómo ha caminado con las víctimas y sus familias durante los últimos 35 años. «No he dejado de acompañarlos con momentos de reflexión y una tristeza que siempre vuelve y a veces parece infinita». Esta pena, concluye, «convive con la esperanza en el Señor resucitado, que pasó por esta misma muerte» y a quien encomienda «el desarrollo democrático del país».