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Carlo Maria Viganó

Carlo Maria Viganó fue el caso más sonado por cometer delito de cisma

Ya son cinco los curas excomulgados por sostener que Francisco no es Papa

En los últimos años la figura del Papa Francisco ha sido objeto de controversia entre ciertos miembros del clero. Sin embargo, no nos referimos a aquellos que cuestionan sus decisiones pastorales o declaraciones, ya que, a excepción de las que son ex cathedra, estas no ponen en peligro la pertenencia a la Iglesia. De hecho, el mismo Pontífice ha afirmado en entrevistas que las críticas hacia su persona son como «una urticaria que molesta un poquito, pero prefiero que las hagan, porque eso quiere decir que hay libertad para hablar». El Papa entiende que haya comentarios y cuestionamientos, tal como ha sucedido a lo largo de la historia con todos los Pontífices.

No obstante, cuando las dudas y los desacuerdos surgen, la fidelidad al Vicario de Cristo se erige como un componente esencial para mantener la cohesión de la Iglesia. Reconocer la autoridad papal significa comprometerse con un marco que, sin rehuir el debate sobre cuestiones pastorales o políticas, exige una aceptación plena de los fundamentos de la fe. Tal como lo resumió san Agustín en una frase, «en lo esencial, unidad; en lo dudoso, libertad; en todo, caridad».

Es por eso que el problema comienza cuando esa libertad de expresión va más allá de las discusiones sobre cuestiones pastorales y se cuestiona la legitimidad misma del papado de Francisco. Una muy pequeña pero persistente corriente de sacerdotes mantiene la creencia de que Francisco no debería ser considerado Papa, especialmente después de la renuncia de Benedicto XVI en 2013. Aunque este debate no es nuevo, ha cobrado relevancia con cada caso que se suma a la lista de sacerdotes que cuestionan la validez del pontificado actual, como lo ha destacado un artículo de Zenit.

El padre Natale Santonocito

El caso del italiano padre Natale Santonocito ha captado atención en los últimos días, convirtiéndose en el ejemplo más reciente de un sacerdote que desafía la legitimidad del Papa Francisco. A través de diversos mensajes en redes sociales, Santonocito afirmó que la renuncia de Benedicto XVI no cumplió con los requisitos canónicos para legitimar la elección de su sucesor.

Según su interpretación, Benedicto no renunció al munus petrinum –el oficio divino del papado– sino solo al ministerium, es decir, al ejercicio práctico del poder. Este razonamiento se basa en una lectura técnica del canon 332 §2 del Código de Derecho Canónico, que establece las condiciones para una renuncia papal válida.

Para fortalecer su postura, el sacerdote publicó un video el 29 de enero en el que declaraba ante sus seguidores que, durante más de una década, la Iglesia había sido guiada por un «antipapa». Como era de esperar, la reacción del Vaticano y la diócesis de Tívoli y Palestrina no tardó en llegar. El obispo Mauro Parmeggiani, tras iniciar una investigación urgente, concluyó que las opiniones del padre Santonocito eran incompatibles con su ministerio sacerdotal. En respuesta, la diócesis anunció su excomunión automática advirtiendo a los fieles sobre el riesgo de aceptar tales opiniones.

El padre Roman Guidetti

El caso del padre Roman Guidetti, de Toscana, es otro episodio significativo dentro de esta controversia sobre la legitimidad de Francisco. Durante una homilía en el aniversario de la muerte de Benedicto XVI, Guidetti proclamó públicamente: «Francisco no es el Papa… es un usurpador». Declaraciones de las que nunca se arrepintió.

Como resultado, el obispo de Livorno, monseñor Simone Giusti, emitió un decreto de excomunión al día siguiente, suspendiendo a Guidetti de sus funciones como párroco y apartándolo del ministerio sacerdotal. Posteriormente, el Santo Padre firmó el decreto de dimisión del estado clerical con dispensa del celibato sacerdotal el pasado 28 de octubre.

El argentino Fernando María Cornet

Este sacerdote ítalo-argentino fue destituido del estado clerical por el Papa Francisco debido a sus posiciones cismáticas. Incardinado en la arquidiócesis de Sassari, en Cerdeña, Cornet sostenía públicamente que la renuncia de Benedicto XVI no había sido válida, postura que le llevó a calificar a Francisco como un «antipapa», una idea que compartió en múltiples entrevistas, conferencias y su libro ¿Habemus antipapam? Investigación en honor a la Verdad.

La decisión de destituirlo fue formalizada a través de un comunicado de la arquidiócesis de Sassari, donde se confirmó que Cornet fue destituido de su estado clerical y exento del celibato eclesiástico. La arquidiócesis también exhortó a la comunidad diocesana a rezar por la unidad de la Iglesia, recordando que todos los cristianos, independientemente de las circunstancias, están llamados a vivir en comunión con el Papa como fundamento de la unidad de la Iglesia.

Padre Giorgio Maria Faré

El sacerdote carmelita que se hizo conocido por sus controvertidas afirmaciones sobre el Papa fue expulsado de su orden religiosa después de publicar un video en el que alegaba que Francisco había caído en «múltiples herejías». En el mismo video, pidió a los cardenales nombrados antes de 2013 que tomaran medidas, convocando un cónclave para elegir un nuevo pontífice.

A pesar de las advertencias que recibió en el paso, Faré mantuvo y repitió sus opiniones. De manera consistente, sostenía que la renuncia de Benedicto XVI el 11 de febrero de 2013 no había sido una dimisión válida, sino un abandono de la «Sede impedida», término de Derecho Canónico que hace referencia a cuando el obispo se retira de la sede episcopal por cautiverio, relegación, destierro o incapacidad y «se encuentra totalmente imposibilitado para ejercer su función pastoral en la diócesis, de suerte que ni aun por carta pueda comunicarse con sus diocesanos».

Carlo Maria Viganò

Dentro del grupo de estos sacerdotes desafiantes a la autoridad del Papa, el caso más sonado ha sido probablemente el del arzobispo y exnuncio apostólico en Estados Unidos Carlo María Viganò, quien fue excomulgado por el Vaticano el 5 de julio de 2024.

La sentencia del dicasterio para la Doctrina de la Fe se basó en sus declaraciones públicas que negaban la legitimidad de Francisco y del Concilio Vaticano II, al cual definió como un «cáncer ideológico, teológico, moral y litúrgico».

El mismo dicasterio citó al arzobispo italiano para presentarse en la sede del organismo vaticano el 20 de junio, a las 15:30 horas, para que tomara «conocimiento de las acusaciones y pruebas relativas al delito de cisma del que ha sido acusado». Sin embargo, lejos de mostrar arrepentimiento y dar marcha atrás, Viganò llegó a declarar que «si es de esta 'iglesia' de la que se me declara separado por cisma, será para mí motivo de honor y orgullo».

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