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Pope Leo XIV arrives to lead his weekly general audience at St Peter’s square in the Vatican on October 15, 2025. (Photo by Alberto PIZZOLI / AFP)

León XIV llegando a la audiencia general de este miércolesAFP

Audiencia General

León XIV pone como ejemplo a la española santa Teresa de Jesús para «fortalecer cada día el espíritu de oración»

El Papa ha animado a 50.000 fieles en la Plaza de San Pedro a encontrar en Jesús la fuente que sacia «nuestra sed infinita de plenitud» y que «no puede encontrar su respuesta definitiva en los cargos, el poder o las posesiones»

Ante unas 50.000 personas que una vez más han llenado la Plaza de San Pedro, León XIV ha pronunciado su habitual catequesis semanal, uniendo la profundidad del mensaje de la Resurrección de Cristo con una reflexión sobre los desafíos de la vida contemporánea.

Además, siendo hoy 15 de octubre, fiesta de santa Teresa de Jesús, el Papa tampoco ha pasado a esta mística española como ejemplo para «fortalecer cada día el espíritu de oración».

«Nuestra vida está marcada por innumerables acontecimientos, llenos de matices y de vivencias diferentes», ha comenzado diciendo el Santo Padre. En ese contexto, ha reconocido que «a veces nos sentimos alegres, otras veces tristes, otras incluso satisfechos o estresados, gratificados o desmotivados».

León XIV ha descrito la paradoja que caracteriza la existencia moderna: «Vivimos muy ocupados, centrados en alcanzar resultados; llegamos a lograr metas altas, prestigiosas. Y viceversa, permanecemos suspendidos, precarios, esperando éxitos y reconocimientos que tardan en llegar o nunca llegan». En ese vaivén, ha advertido, «quisiéramos ser felices, pero es muy difícil conseguirlo de forma continuada y sin sombras. Aceptamos nuestras limitaciones y, al mismo tiempo, tenemos el impulso irreprimible de intentar superarlas. En el fondo, sentimos que siempre nos falta algo».

Por ello, el Pontífice ha invitado a los fieles a dejar que la luz de la resurrección ilumine la realidad humana e histórica actual, con sus desafíos e interrogantes. Aunque ha explicado que la vida está marcada por alegrías y tristezas y que, a pesar de todo, el ser humano puede experimentar en lo más profundo una sensación de vacío, ha subrayado que «no hemos sido creados para la carencia, sino para la plenitud, es decir, para tener vida en abundancia, en la conciencia de que esta espera no será decepcionada o frustrada».

«Solo Jesús es capaz de llenar nuestra jarra vacía»

El Papa ha precisado que «este deseo abismal de nuestro corazón no puede encontrar su respuesta definitiva en los cargos, el poder o las posesiones, sino solo en la certeza de que alguien es garante de este impulso constitutivo de nuestra naturaleza humana». Y ha afirmado que «esta certeza coincide con la esperanza».

En ese sentido, ha explicado que solo Jesús es capaz de llenar «nuestra jarra vacía, cuando la sed se hace insoportable», porque «Él es la fuente que sacia nuestra sed infinita de plenitud, infundida en nuestro corazón por el Espíritu Santo». Cuanto más se saborea el misterio de Dios, ha añadido, «más nos atrae, sin que podamos saciarnos nunca por completo».

León XIV ha concluido recordando que «Jesús no solo responde a las preguntas más profundas de nuestro corazón», sino que, teniéndolo a Él a nuestro lado, se experimenta «ser sostenidos a pesar de todo, saciados y fortalecidos en las pruebas y en las fatigas que, como piedras pesadas, amenazan con bloquear o desviar nuestra historia».

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