
Ensalada con salmón ahumado
Cómo elegir un buen salmón ahumado: claves que debes conocer
Los expertos aconsejan explican los plazos para consumirlo o cómo conservarlo adecuadamente
El salmón ahumado es un alimento tradicional de la cocina del norte de Europa que ha ganado gran popularidad en España, formando parte de numerosas recetas: desde los clásicos canapés hasta ensaladas o combinaciones con patatas asadas y queso. Su presencia en los supermercados es amplia, pero no siempre resulta sencillo saber cuál elegir. Por eso, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ofrece algunas claves para acertar con la elección.
A la hora de comprar, conviene prestar atención a aspectos como la textura de la carne, la uniformidad de las lonchas y la cantidad de grasa visible en los bordes. El color del salmón, por ejemplo, no es indicativo de su calidad, ya que suele depender de los colorantes naturales añadidos a su alimentación.
También es importante considerar el contenido graso, característico de este pescado y beneficioso para la salud cardiovascular. Además, el salmón ahumado es una excelente fuente de proteínas —aproximadamente un tercio de su composición— y aporta vitaminas del grupo B y vitamina D.
Sin embargo, contiene un nivel elevado de sal: una ración de 50 gramos puede aportar hasta el 30 % del consumo diario recomendado, una cifra que ha aumentado respecto a años anteriores. Para garantizar su conservación, se recomienda almacenarlo en la parte más fría del frigorífico y consumirlo en un plazo de dos a tres días tras abrir el envase.
Al comprarlo, es fundamental revisar bien la fecha de caducidad y no apurar los plazos, ya que algunos estudios han revelado que en ciertos productos esta fecha puede ser demasiado generosa.
Para alargar su vida útil sin riesgos, una opción segura es congelarlo. Lo ideal es hacerlo al vacío, en su envase original o dentro de una bolsa de plástico bien cerrada, procurando eliminar la mayor cantidad de aire posible.