Hombre con molestias en la rodilla después de hacer ejercicio

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Salud

Un estudio reciente afirma que hacer ejercicio puede ayudar a eliminar los malos recuerdos

No solo nos hace sentirnos bien, sino que puede ayudarnos a resetear nuestro cerebro

«Dale duro al gym y no le des más vueltas». Esta frase popular tiene más trasfondo científico del que parece. Entrenar puede ayudarnos a olvidar malos recuerdos. Y no se trata de broscience («ciencia de gimnasio»), sino de neurociencia.

En la zona más profunda de nuestro cerebro, en el hipocampo, una estructura cerebral clave para la memoria, está la zona subgranular del giro dentado, donde se generan continuamente nuevas neuronas.

Las neuronas «recién nacidas» se integrarán en los circuitos cerebrales ya existentes, formando nuevas conexiones sinápticas. Estas recientes neuronas y el nuevo «cableado» añadido a nuestro cerebro, además de ayudarnos a aprender, desestabiliza los recuerdos que ya no necesitamos. Por lo tanto, el cerebro está continuamente renovando sus conexiones, y esta reconexión hace que podamos olvidar ciertas cosas.

Un grupo de científicos ha demostrado en ratones que aumentando la neurogénesis en esa zona del hipocampo, después de una experiencia traumática, el recuerdo de dicha vivencia y los síntomas de estrés postraumático asociados a ella se reducen. Esto lleva a la siguiente conclusión: cuantas más neuronas nuevas, menos recuerdos traumáticos y menos conductas de estrés tendremos.

Con cardio, con pesas o simplemente moviéndonos y manteniéndose activos podemos aumentar la neurogénesis. El ejercicio aeróbico moderado como, caminar a buen ritmo, correr o montar en bici, parece ser especialmente eficaz, aunque el entrenamiento de fuerza también puede aportar beneficios.

Este efecto se produce gracias a varias moléculas liberadas durante la actividad física, como el BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), que actúa como «fertilizante» para las neuronas, favoreciendo su crecimiento y conexión. Otras sustancias, como la irisina, el IGF-1 o las betaendorfinas, también están implicadas en ese proceso regenerador. Además de crear nuevas neuronas, el ejercicio mejora la plasticidad cerebral, es decir, la capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar.

Otro estudio encontró que esta forma sana de olvidar, promovida por la neurogénesis, solo funciona mientras los recuerdos todavía dependan del hipocampo. Si esperamos y ese mal recuerdo se distribuye por todo el cerebro, será menos susceptible a los cambios en la plasticidad del hipocampo y dará igual el ejercicio que hagamos.

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