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El CSIC consigue diseñar una molécula a través de IA, para tratar el alzhéimer y el cáncer

El CSIC consigue diseñar una molécula a través de IA, para tratar el alzhéimer y el cáncerGetty Images

Una base de datos mundial revoluciona la detección precoz del alzhéimer, párkinson y ELA

Estos biomarcadores permitirán encontrar pacientes antes de que desarrollen la patología y, con ello, poder cambiar sus proteínas por las de un perfil sano

La ciencia ha dado un notable avance en la identificación temprana y en el diseño de tratamientos para varias de las principales enfermedades neurodegenerativas. Gracias a una iniciativa del Consorcio Global de Proteómica de la Neurodegeneración, se ha presentado la mayor base de datos armonizada de biomarcadores proteicos relacionados con dolencias como el alzhéimer, el párkinson, la demencia frontotemporal y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

«Hasta hace un par de años no creíamos que la sangre fuera capaz de capturar lo que pasaba en el cerebro», destaca Carlos Cruchaga, uno de los principales responsables de este proyecto, en una entrevista concedida a la Agencia Efe. Cruchaga, natural de Pamplona, encabeza el Laboratorio de Neorogenómica que lleva su nombre en la Universidad Washington en San Luis (Misuri, EE.UU.), una de las más de 40 instituciones que actualmente conforman el consorcio.

La base de datos presentada reúne 250 millones de mediciones únicas de proteínas, obtenidas a partir de cerca de 40.000 muestras de plasma y líquido cefalorraquídeo provenientes de individuos de distintas regiones del planeta. Todas ellas están acompañadas por información clínica anonimizada, lo que proporciona a los investigadores un recurso sin precedentes para el estudio de estas patologías.

Hasta ahora, las proteínas se analizaban principalmente en el líquido cefalorraquídeo, pero este proyecto demuestra que también es posible detectar alteraciones relevantes en la sangre. Esta novedad abre la puerta a procedimientos de diagnóstico menos invasivos y más accesibles.

Cruchaga explica que estos biomarcadores permitirán «encontrar pacientes antes de que desarrollen la patología y, con ello, a poder cambiar sus proteínas por las de un perfil sano». Con la ayuda de técnicas de aprendizaje automático, el equipo ha identificado las diez proteínas más significativas asociadas a cada una de las tres enfermedades principales investigadas: alzhéimer, párkinson y demencia frontotemporal.

«Esta es la primera vez que somos capaces de comparar el alzhéimer, el párkinson y la demencia frontotemporal desde el punto de vista del perfil proteico, ver lo que tienen en común y aislar lo específico de cada una de ellas», añade Cruchaga. Hasta el momento, aunque se conocía que estas enfermedades presentaban diferencias clínicas, no se había logrado una comparación detallada desde el punto de vista biológico.

El investigador enfatiza que esta base de datos marca solo el inicio de una etapa prometedora para la medicina neurodegenerativa. Según afirma, «la esperanza de que estamos avanzando en la dirección correcta para desarrollar una nueva ola de terapias y ensayos frente a estas enfermedades» es cada vez más sólida.

Desde su creación en 2023, el Consorcio Global ha crecido rápidamente. A día de hoy, cuenta con más de 40 instituciones participantes, entre las que figuran el BarcelonaBeta Brain Research Center y la Fundación Pascual Maragall. Este crecimiento permitirá ampliar la diversidad de las muestras y lograr una representación más completa de las distintas poblaciones del planeta.

«Nos enfocamos en gente que tiene esas enfermedades, pero también en otros que envejecen sin ellas, en busca de perfiles proteicos sanos que también nos ayuden a encontrar dianas terapéuticas y a aumentar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen», explica Cruchaga.

Además, uno de los estudios publicados en el marco del proyecto identifica una variante genética que eleva el riesgo de padecer alzhéimer, y que podría tener implicaciones en las demás enfermedades analizadas. Otro de los trabajos recoge la relación entre los niveles de proteínas en el plasma y el líquido cefalorraquídeo con la salud cognitiva de los individuos.

Los científicos subrayan la relevancia de la cooperación internacional y el uso de cohortes diversas como elementos clave para impulsar el conocimiento y el desarrollo de tratamientos frente a unas enfermedades que actualmente afectan a 57 millones de personas en el mundo, una cifra que podría duplicarse en las próximas dos décadas.

Entre los apoyos que ha recibido esta iniciativa, destacan los aportes de Gates Ventures y Johnson & Johnson, que refuerzan el compromiso del proyecto con la innovación biomédica global.

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