Café con hielo

Café con hieloGetty Images/Pongphan Ruengchai

Cómo afectan el café frío y las bebidas energéticas a la salud bucodental

Los efectos negativos no se perciben de inmediato, lo que dificulta que las personas identifiquen el daño hasta que aparecen los primeros síntomas

Con la llegada del verano, el café caliente pierde protagonismo frente a su versión fría, y las bebidas energéticas ganan terreno como compañeras habituales durante jornadas intensas, entrenamientos o festivales. Sin embargo, su efecto refrescante puede ocultar un riesgo poco evidente: un consumo frecuente puede afectar negativamente a la salud bucodental.

Aunque el café en su forma original no contiene azúcar, muchas de sus variantes frías disponibles en el mercado sí lo incluyen, junto con ácidos que favorecen la desmineralización del esmalte dental. Las bebidas energéticas, por su parte, combinan altas concentraciones de cafeína, taurina, edulcorantes y ácidos, lo que las convierte en una amenaza aún mayor para la boca.

«Estas bebidas suelen tener un pH ácido y, en muchos casos, un elevado contenido en azúcares añadidos. Esta combinación promueve la erosión del esmalte dental, debilitando la superficie de los dientes y aumentando el riesgo de caries y sensibilidad», advierte Lorena Trinidad Bueno, del equipo de Asistencial, Innovación y Calidad Clínica de Sanitas Dental.

Los efectos negativos no se perciben de inmediato, lo que dificulta que las personas identifiquen el daño hasta que aparecen los primeros síntomas. El riesgo se incrementa si el consumo es habitual y no se acompaña de una adecuada higiene oral. Entre los principales problemas destacan la erosión del esmalte y el aumento de la sensibilidad, que puede manifestarse al ingerir alimentos o bebidas frías, calientes o dulces.

«El esmalte es una capa protectora que no se regenera. Cuando se desgasta, el daño es irreversible y solo puede tratarse con soluciones restauradoras como empastes, carillas o tratamientos más complejos», añade Trinidad Bueno. «Muchos jóvenes consumen este tipo de bebidas mientras estudian, trabajan o practican deporte, y no siempre se cepillan los dientes después, lo que prolonga la exposición a los ácidos».

Además del café frío y las bebidas energéticas, también deben tenerse en cuenta otros productos como refrescos azucarados, versiones «light» o «zero», tés fríos embotellados y zumos industriales. Muchos de ellos contienen colorantes que, en dientes con esmalte dañado, pueden adherirse más fácilmente y generar manchas visibles.

Para minimizar los efectos de estas bebidas sobre la salud oral, los expertos de Sanitas Dental proponen las siguientes recomendaciones:

Usar pajita: ayuda a reducir el contacto directo del líquido con los dientes, disminuyendo el riesgo de erosión.

Esperar 30 minutos antes de cepillarse: justo después de su consumo, el esmalte está más vulnerable, por lo que se aconseja esperar al menos media hora antes de cepillarse.

Enjuagarse con agua: un simple enjuague ayuda a neutralizar la acidez y eliminar residuos que pueden favorecer la aparición de caries.

Elegir opciones sin azúcar ni ácidos añadidos: aunque no son completamente inocuas, estas versiones son menos perjudiciales para el esmalte.

Evitar el consumo prolongado: es preferible tomar el café o la bebida energética en un solo momento que estar bebiéndola durante horas, ya que esto prolonga la exposición ácida.

Reforzar el esmalte con flúor: usar pastas dentífricas con flúor fortalece el esmalte y ayuda a proteger los dientes frente a los ácidos.

«Una rutina de higiene oral adecuada –con cepillado dos veces al día, uso de pasta fluorada y visitas regulares al dentista– es esencial para proteger la salud bucodental, especialmente en verano, cuando aumenta el consumo de este tipo de bebidas», concluye Trinidad Bueno.

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