El frío puede dejar tu cabello seco y quebradizo
El invierno también afecta a tu pelo: qué hacer para que no esté seco y sin brillo
Con la llegada del invierno, el cabello sufre los estragos del cambio estacional y muchos comienzan a notar una pérdida de brillo, fuerza e hidratación. Esta transformación, que a menudo deriva en una apariencia apagada y quebradiza, no es casual. Según explican los especialistas del Hospital Capilar, las variaciones térmicas extremas propias del invierno tienen un impacto directo sobre la salud del cabello.
Tal y como detalla la doctora Raquel Amaro Silva, profesional del Hospital Capilar, «el frío puede producir vasoconstricción en los vasos del cuero cabelludo, reduciendo el flujo sanguíneo que nutre los folículos pilosos y provocando que lleguen menos nutrientes al cabello». Esta reducción en la circulación se traduce en un pelo más débil, con tendencia a la rotura y más propenso a la caída. Además, las bajas temperaturas también alteran la humedad del cabello y afectan a la cutícula, haciendo que este se vuelva más seco, encrespado y difícil de manejar.
A este factor se suma la exposición continuada a ambientes calefactados y el uso frecuente de herramientas térmicas, como secadores y planchas, que acentúan aún más la sequedad capilar. «El aire seco de la calefacción reduce la humedad y puede alterar la barrera cutánea del cuero cabelludo, aumentando la sequedad o incluso provocando una producción excesiva de grasa como respuesta reactiva», puntualiza la doctora Amaro Silva.
En este contexto, desde el Hospital Capilar insisten en la importancia de incorporar una rutina capilar adaptada al invierno. Uno de los pilares fundamentales es reforzar la hidratación mediante el uso de champús nutritivos y suaves, así como incluir mascarillas y sérums formulados específicamente para mantener la humedad natural del cabello. Para el cuero cabelludo, se recomiendan lociones calmantes o hidratantes que no aporten grasa, pero que ayuden a preservar la salud dérmica.
Secar el pelo con secador no perjudica al brillo
Un aspecto frecuentemente olvidado es el uso de gorros. Si bien protegen del frío, su material puede ser determinante en la salud capilar. «Los más recomendables son los confeccionados con tejidos naturales y transpirables como lana, algodón o seda, ya que permiten que el cuero cabelludo respire», indica la doctora.
En contraposición, los tejidos sintéticos —como el poliéster— tienden a retener humedad y fomentar la sudoración, lo que puede alterar el equilibrio del cuero cabelludo y generar irritaciones, caspa o un aspecto apelmazado en las raíces.
Qué podemos hacer
Hay una serie de pautas que pueden marcar la diferencia en el cuidado capilar durante la estación más fría del año:
- Evitar el lavado con agua demasiado caliente, ya que puede acentuar la sequedad y dañar la fibra capilar.
- Utilizar productos específicos con propiedades hidratantes, humectantes y suavizantes, tanto en champús como en acondicionadores o mascarillas.
- Moderar el uso de herramientas de calor como planchas o secadores. En caso de necesitar secar el pelo, se aconseja emplear aire templado y mantener el dispositivo a una distancia prudente.
- Seguir una alimentación equilibrada, rica en vitaminas del grupo B, zinc, hierro y ácidos grasos omega-3, esenciales para fortalecer los folículos pilosos.
- Limitar el uso continuado de gorros durante periodos prolongados.
- Consultar con un especialista ante la aparición de picor, descamación o una caída del cabello más intensa de lo habitual, con el fin de descartar afecciones como dermatitis seborreica o algún tipo de alopecia.
Así, el cuidado del cabello en invierno no se limita únicamente al uso de productos cosméticos, sino que implica una atención integral que abarca la protección frente al frío, el control de hábitos perjudiciales y la vigilancia de posibles alteraciones en el cuero cabelludo. Con unos cuidados adecuados, es posible atravesar la estación invernal manteniendo la salud y vitalidad capilar intactas.