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Qué es la dieta MIND y cómo ayuda a prevenir la demencia

Un estudio, presentados durante el encuentro NUTRITION 2025 de la Sociedad Estadounidense de Nutrición, muestran una correlación sólida entre la dieta MIND y una menor incidencia de enfermedades neurodegenerativas

Las personas que adoptan la dieta MIND, acrónimo en inglés de Intervención Mediterránea-DASH para el Retardo Neurodegenerativo, podrían reducir de forma significativa las probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer u otras demencias relacionadas. Esta dieta fusiona elementos de la tradicional alimentación mediterránea con la dieta DASH –diseñada para reducir la hipertensión–, haciendo hincapié en alimentos beneficiosos para la salud cerebral, como las verduras de hoja verde, frutos rojos, nueces y aceite de oliva.

Un grupo de expertos de la Universidad de Hawái en Manoa ha constatado esta asociación tras analizar los hábitos alimentarios de cerca de 93.000 adultos estadounidenses. La investigación se enmarca dentro del Estudio de Cohorte Multiétnica, iniciado en la década de los noventa, cuyos participantes, de entre 45 y 75 años al comenzar el seguimiento, han aportado durante años datos sobre su dieta y salud. De hecho, más de 21.000 de ellos fueron diagnosticados posteriormente con Alzheimer o algún tipo de demencia.

Tal como detalla el estudio, presentado durante el encuentro NUTRITION 2025 de la Sociedad Estadounidense de Nutrición, muestran una correlación sólida entre la dieta MIND y una menor incidencia de estas enfermedades neurodegenerativas.

De acuerdo con el estudio, la adherencia inicial a la dieta MIND se tradujo en una reducción general del riesgo de demencia del 9 %, cifra que ascendió hasta aproximadamente el 13 % entre personas afroamericanas, latinas o blancas. Por el contrario, entre individuos nativos hawaianos o asiático-americanos no se observó una relación estadísticamente significativa en las primeras fases del seguimiento.

Uno de los hallazgos más significativos del estudio es que aquellos participantes que mejoraron su cumplimiento con la dieta MIND a lo largo de diez años –aunque no la siguieran estrictamente al principio– redujeron su riesgo de demencia en un 25 %, en comparación con quienes disminuyeron su nivel de adherencia. Esta tendencia positiva se mantuvo entre distintos grupos etarios y raciales, lo que sugiere que adoptar una alimentación saludable tiene beneficios a cualquier edad.

Los investigadores apuntan que las divergencias en los resultados podrían deberse a diferencias culturales en los hábitos y preferencias alimentarias. En el caso concreto de los estadounidenses de origen asiático, es posible que la dieta MIND no contemple del todo los beneficios presentes en las dietas tradicionales de esta comunidad, que ya presenta tasas más bajas de demencia en comparación con otros grupos.

Finalmente, los expertos subraya la importancia de realizar estudios de intervención que confirmen la relación de causalidad entre la dieta y la reducción del riesgo de demencia, dado que este trabajo se basa en observaciones, lo cual limita las conclusiones definitivas sobre el vínculo entre ambos factores. Aun así, insiste en que «esto sugiere que nunca es tarde para adoptar una dieta saludable y prevenir la demencia».

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