Granada
La fruta que debes comer en otoño para protegerte del cáncer y la demencia
La granada es uno de los alimentos más ricos en compuestos bioactivos
La granada es una de esas frutas que no solo es bonita – tono carmesí en el exterior y una gran cantidad de semillas internas rodeadas de una jugosa pulpa de rojo intenso– sino que destaca por sus excepcionales propiedades gracias a su riqueza en compuestos bioactivos. En particular, resalta su alto contenido en polifenoles y la presencia exclusiva de un antioxidante denominado punicalagina, ausente en cualquier otra fruta.
La investigadora Francisca Hernández García, adscrita al Instituto CIAGRO de la Universidad Miguel Hernández, explica que «la punicalagina es única de la granada, y se halla tanto en los arilos –la parte que comemos– como en la corteza y las membranas internas. Es lo que la diferencia del resto de frutas y le confiere sus grandes propiedades», detalla la especialista, quien añade: «Tiene efectos positivos sobre la obesidad, la diabetes, la disfunción eréctil o incluso la salud bucodental. Hay centenares de estudios que avalan su potencial».
Según explica Hernández, estos beneficios se deben en buena parte a su elevada capacidad antioxidante, lo que implica que «consumir granada contribuye a que nuestras células envejezcan más lentamente». No obstante, subraya que es importante mantener una perspectiva adecuada respecto a los denominados alimentos funcionales: «Los alimentos funcionales no curan». En este sentido, aclara que «no podemos decir que comer granada cure el cáncer o el Alzheimer, pero sí hay evidencias de que puede ayudar a prevenir o mitigar su avance».
La granada tiene efectos positivos sobre la obesidad, la diabetes, la disfunción eréctil o incluso la salud bucodental
En pleno periodo de recolección y con el consumo en fresco en su apogeo, la experta recuerda la importancia de consumir frutas de temporada y anima a incorporar la granada durante todo el año en la dieta. «Podemos disfrutarla en fresco, en zumos o extractos. Lo importante es que el procesado mantenga sus propiedades. Si la industria respeta los parámetros adecuados, el efecto puede ser muy similar al de la fruta recién cogida», afirma.
Asimismo, la investigadora hace hincapié en el potencial que tienen los subproductos derivados de esta fruta. En especial, señala que la corteza contiene una concentración muy elevada de punicalagina, lo que representa una oportunidad para aprovechar aquellos frutos que no se destinan a la venta directa. «Sería una oportunidad para aprovechar los frutos del aclareo o no comercializables y utilizarlas en otros alimentos funcionales, como yogures o suplementos», concluye.
Este conjunto de observaciones subraya el valor nutricional de la granada y plantea posibilidades innovadoras en el ámbito de la alimentación funcional, tanto en el consumo doméstico como en la transformación industrial.