Esto es un clásico y una de las dudas más recurrentes. . La Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, que ya está en vigor, ya establece que el agua del grifo no se cobra. Y puede ser alternativa a la bebida que ofrece la carta.

Una higiene adecuada evita la intoxicación alimentaria, sin embargo, en algunos alimentos resulta contraproducentePexels

Alimentación

Nunca laves estos alimentos antes de cocinarlos, podrían contaminarse

Una higiene adecuada evita la intoxicación alimentaria, sin embargo, en algunos alimentos resulta contraproducente

Estos días mucho se ha hablado del riesgo del arsénico en el arroz y la necesidad de lavarlo antes de cocinarlo para eliminar, al menos, parte del mismo. Sin embargo, y aunque normalmente una higiene adecuada evita la intoxicación alimentaria, en algunos casos resulta contraproducente poner el alimento debajo del grifo.

El primero de ellos sería el huevo. La explicación es sencilla. La cáscara es un excelente escudo protector natural pero se caracteriza por ser porosa y, además, tiene una fina capa de cutícula que la impermeabiliza e impide que los gérmenes pasen al interior. Si se lava el huevo se puede eliminar y las bacterias penetrarían en la cáscara. Además, es mejor revisar en busca de alguna grieta o rotura. En tal caso, hay que tirar el huevo roto.

Pollo, cerdo o ternera

Un alimento clásico en cualquier dieta es el pollo. Su carne es baja en grasa y en calorías además de tener altos niveles de proteínas, nutrientes y vitaminas, sin embargo, si no se tiene cuidado en su preparación puede ocasionar una intoxicación alimentaria, ya que el pollo en crudo puede estar contaminado con bacterias como Campylobacter, Salmonella o Clostridium perfringens.

Para eliminar esa posible contaminación en muchas cocinas se opta por lavar el pollo, pero los expertos no recomiendan hacerlo y la razón es sencilla, durante el lavado, las posibles bacterias que tenga la carne se pueden propagar por la cocina y contaminar otros alimentos, utensilios o encimera. Según un estudio realizado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), una de cada siete personas que limpiaron el fregadero después de haber lavado el pollo todavía tenía microbios en el fregadero.

El Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) explica que si elige lavar el pollo, hay que tomar una serie de precauciones. En primer lugar dejar que corra el agua suavemente sobre la carne para reducir las salpicaduras. Inmediatamente después, lavar el fregadero y el área alrededor con agua jabonosa caliente y desinfectando completamente. Por último, lavarse bien las manos.

Al igual que pasa con el pollo, los filetes de cerdo y de ternera no deben lavarse. En este caso, se debe a que muchos de los nutrientes, así como los sabores y los aromas podrían perderse con el agua. Cocina bien este tipo de carne para evitar cualquier posible intoxicación alimentaria.

Qué hacemos con las setas

Las setas, ya sean silvestres o cultivadas, hay que limpiarlas con un trapo húmedo o un cepillo, pero no se deben sumergir en agua. Las razones son que pierden mucho sabor y aroma; y, además, cogen mucha agua. En la cuarta edición de MasterChef Celebrity, el cocinero Jordi Cruz explicaba: «Una seta es como una esponja, si la remojamos mucho absorberá esa agua y eso será perjudicial para la seta. Eso no quiere decir que no tengamos que pelarlas, retirar la tierra o los animalitos que puedan recorrer la seta. Podemos pasarlas rápido por agua o usar un paño húmedo, que es lo mejor, pero no meterlas en agua».

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