
Col rizada
Un compuesto de ciertas frutas y verduras podría retrasar la ELA y la demencia
Esta alimentación podría desempeñar un papel clave en la protección de las células nerviosas
Un estudio de la Universidad de Missouri ha revelado que un compuesto natural hallado en alimentos de consumo diario, como frutas y verduras, podría desempeñar un papel clave en la protección de las células nerviosas y representar un avance prometedor para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y la demencia.
«Es muy alentador encontrar un compuesto natural que pueda beneficiar a personas con ELA o demencia», afirmó la Dra. Smita Saxena, profesora de medicina física y rehabilitación en la Facultad de Medicina y autora principal del estudio. «Observamos que este compuesto tuvo un impacto significativo en el mantenimiento de la función motora y muscular, además de reducir la atrofia muscular».
El compuesto en cuestión es el kaempferol, un antioxidante natural presente en alimentos como la col rizada, las bayas y las endivias. Los investigadores comprobaron que este flavonoide promueve la salud de las neuronas y muestra un gran potencial como tratamiento para la ELA.
En experimentos con células nerviosas derivadas de pacientes con ELA, el kaempferol mejoró la producción de energía celular y redujo el estrés en el retículo endoplasmático, un orgánulo crucial en el procesamiento de proteínas. Además, fortaleció la función general de las células y ralentizó la degeneración neuronal. El estudio identificó que el kaempferol actúa sobre una vía biológica esencial encargada de regular tanto la producción energética como el manejo de proteínas, funciones comúnmente deterioradas en personas con ELA.
«Creemos que este es uno de los primeros compuestos capaces de influir simultáneamente en el retículo endoplasmático y las mitocondrias», explicó Saxena quien añade: «Esa doble acción dentro de las neuronas puede ofrecer un potente efecto neuroprotector».
Principales retos
No obstante, uno de los principales retos es la baja absorción del kaempferol por parte del organismo. Para alcanzar una dosis terapéutica, una persona con ELA tendría que consumir entre 4,5 y 5 kilos de col rizada al día, una cantidad poco realista.
«El kaempferol no se absorbe fácilmente a través de los alimentos que ingerimos», señaló Saxena. «Solo una fracción muy pequeña llega a los tejidos, lo que limita su efectividad. Es crucial encontrar formas de aumentar su biodisponibilidad o de modificar el compuesto para que sea más fácilmente absorbido por el cuerpo».
Otro obstáculo es su limitada capacidad para atravesar la barrera hematoencefálica, una estructura que protege al cerebro pero también dificulta la llegada de compuestos terapéuticos.
Kaempferol, candidato alentador
Pese a estas dificultades, el kaempferol continúa siendo un candidato alentador, sobre todo porque ha demostrado efectos positivos incluso después de que aparecen los síntomas. Asimismo, podría aplicarse en el tratamiento de otras enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.
Para mejorar su absorción y llegada al sistema nervioso central, el equipo de Saxena, desde el Roy Blunt NextGen Precision Health, está desarrollando nanopartículas lipídicas —pequeñas esferas compuestas de grasa— para encapsular el kaempferol y facilitar su ingreso en las neuronas.
«La estrategia es envolver el kaempferol en estas nanopartículas, que las neuronas pueden absorber con mayor facilidad», detalló Saxena. «Esto nos permitiría aumentar notablemente su eficacia terapéutica».
Actualmente, el equipo se encuentra en fase de diseño y generación de estas nanopartículas, con la expectativa de comenzar las pruebas a finales del año.