El Papa Francisco bendice a los fieles a su salida del Gemelli, el pasado 23 de marzo

El Papa Francisco bendecía a los fieles a su salida del Gemelli, el pasado 23 de marzoEP

Qué es un colapso cardiovascular irreversible, la causa del fallecimiento del Papa

El Pontífice fallecía este lunes a los 88 años cuando aún se encontraba recuperándose de una neumonía bilateral

El Domingo de Resurrección el mundo observaba como el Papa Francisco imponía la bendición Urbi el Orbi desde el balcón principal de la basílica de San Pedro. Horas después, el lunes 07:35 horas, el Vaticano anunciaba el fallecimiento del Santo Padre a los 88 años.

La salud del Papa era delicada desde hacía algún tiempo. En los dos últimos años hizo frente a distintos episodios de enfermedades respiratorias, e incluso canceló una visita planificada a los Emiratos Árabes Unidos en noviembre de 2023 debido a la gripe y la inflamación pulmonar.

El pasado viernes 14 de febrero, Francisco fue ingresado en el Hospital Policlínico Agostino Gemelli por una bronquitis. La situación clínica empeoró progresivamente y el martes 18 de febrero sus médicos diagnosticaron una neumonía bilateral. Durante su hospitalización, el estado de salud del Pontífice experimentó un agravamiento del que fue recuperándose. Tras 38 días ingresado, el 23 de marzo, regresó a su residencia del Vaticano en la Casa Santa Marta para continuar su recuperación haciendo pequeñas apariciones en público.

Sin embargo, los episodios de insuficiencia respiratoria aguda con neumonía multimicrobiana bilateral, bronquiectasias múltiples, hipertensión arterial y diabetes tipo II le llevaron a una situación irreversible. Un ictus cerebral derivó en coma y posterior colapso cardiovascular, según confirma el parte de defunción del director del Departamento de Salud e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, Andrea Arcangeli.

Qué es un colapso cardiovascular

El colapso cardiovascular es una condición caracterizada por una hipotensión severa debida a una disfunción aguda del corazón o de los vasos sanguíneos periféricos. Los médicos explican que esta situación provoca una disminución crítica del flujo sanguíneo al cerebro (hipoperfusión cerebral), lo que conlleva a la pérdida de conciencia. Las causas pueden incluir arritmias cardíacas, disfunción miocárdica o valvular grave, pérdida del tono vascular o una alteración repentina del retorno venoso.

Cuando la circulación se restablece de forma espontánea, el paciente suele presentar un episodio de síncope. Si no ocurre esta recuperación espontánea, se produce un paro cardíaco, que puede resultar en la muerte si no se inicia o no tiene éxito la reanimación.

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