Bebidas energéticas

El consumo excesivo puede provocar nerviosismo, inquietud, palpitaciones e incluso desencadenar ataques de ansiedadFlickr

Salud

Un nutricionista lanza un aviso sobre las bebidas energéticas: «Estamos metiendo unos acidulantes muy bestias»

Cabe destacar que si una taza de café lleva unos 100 miligramos de cafeína, una lata de medio litro de este tipo de refrescos alcanza los 160

La discusión en torno a las bebidas energéticas ha tomado relevancia en los últimos años, y un reciente Reel de Instagram del usuario Nacho Company aborda este tema de manera contundente. En el vídeo, se establece una postura clara: las bebidas energéticas son, en términos generales, perjudiciales para la salud.

El nutricionista deportivo inicia el debate mencionando los grandes beneficios inmediatos que estas bebidas pueden ofrecer, como «una concentración elevada y un aumento significativo de energía». Esto se debe a la combinación de cafeína en dosis altas con otros componentes, «como taurina y guaraná», que potencian sus efectos.

Sin embargo, también advierte que estos beneficios vienen acompañados de riesgos considerables. Un punto alarmante que destaca es «la alta dosis de cafeína, que podría ser peligrosa para personas sin una adecuada tolerancia». A su vez, el riesgo es aún mayor cuando se consumen en actividades físicas intensas, «como CrossFit», donde el esfuerzo cardiovascular es elevado.

La combinación de altos niveles de cafeína con esfuerzos físicos puede llevar a una elevación peligrosa de la presión arterial, convirtiéndose en un «cóctel molotov» para aquellos con predisposición a problemas cardíacos.

Consecuencias digestivas y de sueño

Además de los efectos cardiovasculares, el nutricionista menciona el impacto negativo sobre la microbiota intestinal, debido a los acidulantes presentes en estas bebidas. Estos compuestos pueden «dañar significativamente la mucosa intestinal, lo que repercute en la salud general y el bienestar del consumidor».

Otro punto crucial que se menciona es cómo la cafeína interfiere con el ciclo del sueño. Aunque muchas personas creen que pueden descansar adecuadamente tras consumir estas bebidas, la realidad es que la cafeína puede estar activa en el cuerpo, «impidiendo un descanso de calidad y contribuyendo a trastornos de ansiedad y problemas de concentración».

A medida que la conversación se desarrolla, enfatiza que, aunque algunas personas pueden tolerar la cafeína sin problemas, «el consumo continuado de estas bebidas energéticas no parece tener un propósito saludable».

La autovaloración de la salud cobra especial importancia cuando se observa que muchas personas pasan por alto el impacto real de estas bebidas en su organismo, sin cuestionarse si podrían estar detrás de sus trastornos digestivos.

Por todo ello, en un contexto donde el consumo rápido y desinformado es cada vez más común, detenerse a analizar lo que ingerimos no solo es un acto de conciencia, sino también una herramienta clave para prevenir afecciones a largo plazo. Escuchar al cuerpo y prestar atención a sus señales puede marcar la diferencia entre normalizar el malestar o recuperar el equilibrio perdido.

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