Todavía no ha una cura contra el alzhéimer

Todavía no ha una cura contra el alzhéimerEP

Día Mundial de la enfermedad de Alzheimer

Las tres C de un neurólogo para frenar el alzhéimer y los once síntomas de alerta

Esta enfermedad afecta a 800.000 personas en España y a 57 millones en el mundo

En España, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), la enfermedad de Alzheimer afecta a unas 800.000 personas y cada año se diagnostican unos 40.000 nuevos casos. Este domingo, 21 de septiembre, se conmemora el Día Mundial contra el Alzheimer para concienciar sobre esta enfermedad y promover la investigación y el apoyo a quienes la padecen.

El Alzheimer es una enfermedad caracterizada por la degeneración progresiva de las neuronas debido a la acumulación anormal de las proteínas beta-amiloide y tau. A medida que aumenta el daño neuronal, comienzan a afectarse funciones cognitivas esenciales, como la memoria y el lenguaje.

El neurólogo Iván Iniesta López, del Hospital Los Madroños, señala que ciertas actividades cotidianas pueden ayudar a frenar la progresión del Alzheimer. Entre ellas, destaca tres pilares fundamentales que resume como el tratamiento de las tres «C»: crucigramas, compañía y caminar.

«Los crucigramas —o actividades similares como el ajedrez o los naipes— fomentan la gimnasia mental y plantean un reto que mantiene la mente activa. La compañía resulta esencial para el bienestar emocional del paciente, y caminar, como forma de ejercicio físico, contribuye a ralentizar el deterioro cognitivo», explica el especialista.

Once señales de advertencia

Matthew Cohen, profesor asociado de Ciencias y Trastornos de la Comunicación en la Universidad de Delaware y subdirector del Centro de Investigación del Envejecimiento Cognitivo de la misma institución, explica que es normal que el cerebro cometa errores, especialmente con el paso de los años. La gran pregunta es: ¿cómo distinguir entre un proceso natural del envejecimiento y un posible problema de salud?

La Sociedad Española de Neurología explica que en España, más del 50 % de los casos de Alzheimer que aún son leves están sin diagnosticar y el retraso medio entre los primeros síntomas y el diagnóstico supera los dos años.

Estos once síntomas podrían sugerir un problema de salud que afecta a la memoria y al pensamiento.

Pérdida de memoria cotidiana: Olvidar con frecuencia información reciente, repetir las mismas preguntas o depender cada vez más de recordatorios y de otras personas para no olvidar cosas importantes.Dificultad con las finanzas. Problemas para manejar asuntos económicos como pagar facturas, llevar un control de gastos o evitar estafas. A veces pueden regalar dinero a desconocidos o a vendedores telefónicos.Olvido de actividades familiares: Acciones habituales como conducir hacia un lugar conocido o recordar las reglas de un juego empiezan a resultar confusas o difíciles.Desorientación en fechas y citas: Perder la noción del tiempo, olvidar fechas importantes, lugares o compromisos.Errores en la percepción visual: Cambios en la visión y en la capacidad de interpretar el entorno, como calcular distancias al conducir o comprender imágenes.Problemas de lenguaje: Dificultades nuevas para expresarse oralmente o por escrito. Aunque es normal olvidar una palabra de vez en cuando, puede ser una señal de alarma si la dificultad es frecuente, afecta la comunicación o dificulta seguir una conversación.Pérdida frecuente de objetos: Extraviar cosas y no recordar dónde están, con dificultad para volver sobre los pasos. En algunos casos, incluso acusar a otros de haberlas tomado.Decisiones poco acertadas: Tomar decisiones inusuales o poco propias de la persona, como juicios erróneos o elecciones inapropiadas.Descuidar el cuidado personal: Prestar menos atención a la higiene o a la apariencia, como dejar de bañarse o arreglarse.Aislamiento social: Abandonar actividades laborales, pasatiempos o compromisos sociales. La persona puede mostrarse irritable con familiares, amigos o en entornos desconocidos.Cambios en el estado de ánimo y la personalidad: Presentar desconfianza, depresión, miedo o ansiedad; perder empatía o actuar de manera inapropiada en público, como hacer comentarios fuera de lugar.

Avances en los tratamientos

La Sociedad Española de Neurología explica en una nota que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha dado un paso relevante en el abordaje del Alzheimer al recomendar la aprobación de dos tratamientos innovadores: lecanemab y donanemab. Ambos se consideran fármacos modificadores de la enfermedad, ya que no solo tratan los síntomas, sino que actúan directamente sobre uno de los mecanismos biológicos clave: las placas de beta-amiloide, unas acumulaciones anormales de proteínas en el cerebro que son una de las señas distintivas del Alzheimer. Estos tratamientos están indicados para pacientes en fases iniciales y han mostrado resultados prometedores al ralentizar el deterioro cognitivo cuando se administran en etapas tempranas de la patología.

En paralelo a estas autorizaciones, la investigación biomédica continúa avanzando con intensidad. Según apunta la Dra. Raquel Sánchez del Valle, Coordinadora del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología, «en todo el mundo, se está investigando más de 100 nuevos compuestos, y en los próximos meses se conocerán los resultados de fármacos enfocados a novedosas dianas terapéuticas. Es decir, que en los próximos años podríamos disponer de varios fármacos con eficacia clínica y capaces de modificar de forma clara la biología de la enfermedad».

Para aprovechar todo el potencial de estos nuevos tratamientos, será imprescindible mejorar el proceso diagnóstico. En este sentido, los biomarcadores juegan un papel decisivo, ya que permiten identificar con precisión a los pacientes que realmente podrían beneficiarse de estas terapias. Así lo subraya la propia doctora Sánchez del Valle: «Puesto que son precisamente los biomarcadores los que permitirán seleccionar a aquellos pacientes que realmente se puedan beneficiar de estos nuevos fármacos, se hace cada vez más necesario generalizar el uso de biomarcadores para el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer y tratar de aumentar su utilización del 10-20 % de diagnósticos actuales a al menos un 80-90 % en los próximos años».
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