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15 de mayo de 2024

José Manuel explica cómo se enteró de la erupción del volcán

José Manuel explica cómo se enteró de la erupción del volcán

La Palma

Las dos semanas de caos tras la erupción del volcán en La Palma

Según los últimos datos ofrecidos por Copernicus, el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea, en estos diez días la lava ha destruido 855 inmuebles, 201 en las últimas 28 horas

José Manuel estaba a punto de ver una película en el sofá de casa con su pareja cuando el volcán de La Palma entró en erupción. Una semana duraron los enjambres sísmicos que precedieron a este fenómeno que pilló tanto a los expertos como a la población con la guardia baja. A un kilómetro de la casa de José Manuel, el domingo 19 de septiembre pasadas las 15.00 horas, el volcán comenzó a escupir lava y la televisión canaria a informar de ello. En pleno directo una reportera local sintió el sonido del volcán y unos segundos después el magma salió a la superficie. Fueron varios los terremotos que avisaron ese mismo día a la población del nordeste de esta isla canaria de que algo pasaba, pero nadie esperaba que fuera a estallar tan pronto.
Este vecino del municipio de El Paso no estaba desalojado, pero sí sus dos hijos que desde el día anterior a la erupción dormían en casas de amigos y familiares. «Esto es raro, te pellizcas para ver si estás soñando o es de verdad», confesaba José Manuel menos de 24 horas después del comienzo de la erupción. Como sus hijos, 6.000 personas han sido evacuadas de sus viviendas después de 12 días de erupción.
Tres mudas de ropa, una vela, una linterna y una botella de agua fueron enseres que llevaron a cuestas varias familias que se hospedaban en el acuartelamiento militar de El Fuerte, cerca de la capital palmera. Ahora en desuso, después de que los afectados fueran trasladados a un hotel. Algunos de ellos no tuvieron la oportunidad siquiera de volver a su casa para rescatar documentos importantes o dinero.
El volcán de La Palma durante la primera semana de erupción

El volcán de La Palma durante la primera semana de erupciónAndrea Domínguez Torres

Según los últimos datos ofrecidos por Copernicus, el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea, en estas dos semanas el volcán ha destruido 855 inmuebles, 201 en las últimas 28 horas. De esta cifra, al menos 656 edificaciones están dañadas por completo y 88 de forma parcial, entre viviendas, bodegas y cuartos de aperos. Según el Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), hay unas 476 hectáreas afectadas y más de 20 kilómetros de carreteras sepultadas. Los municipios afectados son Los Llanos de Aridane, El Paso y Tazacorte. A pesar de la incertidumbre y los daños materiales, la gestión conjunta entre diferentes organismos públicos y expertos ha logrado que no haya pérdidas humanas. Sin embargo, no se ha contabilizado cuántos animales han podido morir desde que comenzó la erupción.
Una vez se han puesto a salvo las vidas humanas, el protocolo seguido por los bomberos ha sido el de intentar salvaguardar a los animales. Desde entonces se abrió un refugio en el municipio de El Paso para que las personas desalojadas pudieran llevar a sus mascotas. Durante el desalojo del barrio de La Laguna (Los Llanos), un vecino se acercó al cerco de la Guardia Civil que filtraba el acceso a las viviendas próximas a las coladas de lava. Este hombre, en una furgoneta tipo pick up pedía a los agentes acceder a una finca para alimentar a sus animales. Sin embargo, la situación cada vez más complicada obligó a los agentes a dar una jarra fría de realidad: «Para qué quieres pasar si van a morir igual».
Los equipos de seguridad, en los primeros días de erupción, no solo tuvieron que encargarse de proteger y velar por los vecinos. También se vieron obligados a ahuyentar a los curiosos que se desplazaron desde distintos puntos del mundo para contemplar la catástrofe. A la zona también viajaron periodistas de medios locales, nacionales e internacionales, que ya se están marchando.
Con el paso de los días y coincidiendo con la visita de los Reyes de España a La Palma, la presencia de la ceniza suspendida en el aire fue cada vez mayor. Los profesionales que en un inicio trabajaban solo haciendo uso de la mascarilla, luego lo hacían con gafas protectoras e incluso casco. La erupción y la presencia del viento en La Palma provocó también que esta ceniza se desplazase hasta la zona este de la isla e impidió la operatividad de los vuelos. La única salida y entrada que tuvo la población y los equipos esenciales durante cinco días fue la vía marítima. Lo que llevó a imágenes de colapso en los ferris que conectan La Palma con Tenerife.
La colada de lava del volcán de La Palma vista desde Los Llanos

La colada de lava del volcán de La Palma vista desde Los LlanosAndrea Domínguez Torres

Un golpe a la agricultura y al turismo

«Esto no es bueno para nadie», coinciden los palmeros. Todos apuntan a que las primeras víctimas son aquellas familias que han perdido sus casas, sus cultivos y sus animales por el estallido de este volcán que aún no tiene nombre. Sin embargo, más allá de esta pérdida, la isla espera una caída económica a corto plazo. Los turistas que se encontraban el día de la erupción fueron reubicados en Tenerife. Otros adelantaron sus vuelos para marcharse de La Palma y, en la actualidad, los empresarios del sector solo reciben cancelaciones de reservas.
Por ello, el Gobierno de España ha declarado a la isla bonita como Zona Gravemente Afectada por una Emergencia de Protección Civil y enviará 10,5 millones de euros a Canarias. Entre los sectores que podrán beneficiarse de este paquete de ayudas está el turístico, así como también la agricultura.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación también prevé aprobar medidas para apoyar a todos aquellos trabajadores de estos sectores perjudicados por la erupción volcánica de La Palma. El ministro Luis Planas se comprometió a «hacer cuanto sea necesario» no solo para reparar las pérdidas, sino también para paliar el impacto de toda la producción que no podrá llegar al mercado.

Cuando la lava llegó al mar

La lava llegó a la playa de Los Guirres, en el municipio de Tazacorte, el martes a las 23.03 horas. Después de diez días de erupción y de previsiones fallidas sobre cuándo se produciría ese momento, la colada cayó al mar formando un delta de 500 metros de ancho y 40 de alto. El choque entre el agua y la lava libera gases perjudiciales para la salud, por lo que el Pevolca ordenó unos días antes el confinamiento de los cuatro barrios de Tazacorte más cercanos a la costa: San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa. A pesar de que una de las coladas del volcán de Cumbre Vieja ya ha llegado al océano, se mantiene el confinamiento de estas zonas «hasta garantizar las plenas condiciones de seguridad», según explica el Cabildo de La Palma.
La llegada de la lava al mar no implica que la erupción esté controlada. El amplio dispositivo de seguridad desplegado por el Gobierno de Canarias seguirá trabajando en la zona porque los científicos «no ven evidencias de que la dinámica del proceso eruptivo sea estable», de acuerdo con las palabras del director técnico del Pevolca, Rubén Fernández. Algunas de las recomendaciones establecidas por este organismo son cerrar todas las ventanas y puertas exteriores, bajar las persianas y cerrar los suministros de agua, electricidad y gas. Además, ante la posibilidad de evacuación, es importante recoger en una mochila la documentación, el teléfono móvil y el cargador, una radio de pilas, los medicamentos de uso diario, una linterna y ropa para tres días.
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