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25 de abril de 2024

Manifestantes provida en las cercanías al Capitolio en Washington D.C

Marcha contra el aborto

«Marcha por la vida», el triunfo de los detractores del aborto en Washington

El movimiento antiabortista en EE.UU. cantó victoria este viernes ante la previsión del Tribunal Supremo de prohibir el aborto en la mitad conservadora del país

Miles de activistas contra el derecho a abortar expresaron este viernes su júbilo ante la perspectiva de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos (EE.UU.) pueda derogar este año un precedente clave de 1973, algo que derivará en vetos a la interrupción del embarazo en la mitad conservadora del país.
Los asistentes a la llamada «Marcha por la vida», que se convoca cada año en Washington, se mostraron más esperanzados que nunca, dado que es muy probable que el Supremo anule el precedente que desde 1973 obliga a permitir el derecho al aborto en todo EE.UU.
El movimiento a favor de la vida en EE.UU. cantó victoria este viernes ante la previsión del Tribunal Supremo de prohibir el aborto en la mitad conservadora del país, trámite que se lleva pidiendo desde hace medio siglo aproximadamente.

Caso Roe versus Wade

Después de casi medio siglo de presión el movimiento, que empezó siendo muy pequeño, ve por fin cercano el sueño por el que luchaban: lograr el fin de Roe versus Wade.
En 1973 la Corte Suprema de Estados Unidos decidió que la Constitución protegería libremente los derechos de aquellas madres embarazadas que decidiera abortar hasta las 22 o 24 semanas de gestación, a los que se llamó el caso Roe versus Wade.
La decisión tomada por el Tribunal Supremo estadounidense hace 49 años obliga a permitir el aborto en el país hasta el momento de «viabilidad» del feto fuera del vientre materno, un límite que ahora está en torno a las 23 o 24 semanas de embarazo.
Desde hace diez años, numerosos estados liderados por grupos conservadores han aprobado y puesto en marcha normas que anulan los parámetros de 1973, con el objetivo declarado de conseguir que el Supremo revisara y anulara el precedente.
El caso más reciente es el de Misisipi, que lo consiguió en 2021 con un veto al aborto a partir de las 15 semanas de gestación. Debido a esto, el Supremo emitirá en los meses de verano una decisión sobre ese caso que promete tener repercusiones a nivel nacional.

Vista hacia un nuevo horizonte 

Cada vez está más cerca el deseo de los provida. Si los jueces derogan la decisión de 1973, se espera que 26 estados de tendencia conservadora tomen medidas para restringir o prohibir del todo el derecho al aborto en su territorio, de acuerdo con el centro de investigación sobre salud reproductiva Guttmacher.
Según la misma fuente, el año pasado se aprobaron más de 100 restricciones al aborto en 19 estados gobernados por republicanos, entre ellos el veto casi total en Texas, que no incluye excepciones para el incesto o la violación.
La mayoría de las mujeres que intentan abortar cada año en Estados Unidos son pobres, y para aquellas que residen en estados conservadores, puede resultar imposible desplazarse hasta aquellos territorios controlados por progresistas, donde se espera que ese servicio siga siendo legal.

Nuevas metas

El 59 % de los estadounidenses cree que el aborto debería ser legal en todos o casi todos los casos, según una encuesta del año pasado del centro Pew.
Sin embargo, la minoría que apoya la prohibición total de ese servicio médico ha ganado poder político en las últimas décadas, al integrar a más cristianos evangélicos blancos y convertir su causa en una bandera electoral del Partido Republicano, con el expresidente Donald Trump (2017-2021) a la cabeza.
«Están a punto de conseguir la victoria que llevan casi 50 años esperando», dijo a Efe una profesora de Historia en la Universidad de Oklahoma y experta en el movimiento antiabortista, Jennifer Holland.
Protestar contra «Roe versus Wade» –una decisión de la que se cumplen 49 años este sábado– es la razón de la llamada «Marcha por la vida», que empezó a celebrarse en 1974, pero no está claro que el movimiento vaya a dejar de convocar anualmente la manifestación si el Supremo tumba ese precedente.
«La marcha del año que viene será una celebración», pronosticó en declaraciones a Efe Patricia Salva, una mujer de 53 años que acudía a la cita por décima vez, acompañada de dos de sus ocho hijos.
Incluso si el Supremo les da la razón, es improbable que el movimiento antiabortista abandone su implicación en política, según Holland.
«Ese no es su objetivo final. Su objetivo final es acabar con el aborto legal en todo el país», recalcó la experta, quien cree que los políticos conservadores intentarán aprobar leyes para «criminalizar el movimiento» de aquellas mujeres que intenten viajar a estados progresistas para abortar.
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