Pese a que a finales del mes pasado la
Organización Mundial de la Salud (OMS) descartó declarar la emergencia sanitaria por la expansión de casos de viruela del mono, los contagios han seguido subiendo. Según los últimos datos disponibles, nuestro país se sitúa a la cabeza en términos de incidencia,
con un total de 2.447 contagios, seguido por el Reino Unido (1.736) y Alemania (1.636). Al contrario de lo que se esperaba, las infecciones siguen aumentando, lo que según un estudio elaborado por el
Instituto de Medicina Tropical de Amberes (Bélgica) podría deberse a la existencia de pacientes asintomáticos que transmiten la enfermedad sin ser conscientes de ello.
El trabajo, que no ha sido todavía revisado por pares, ha sido presentado en un seminario telemático organizado por el Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) y la Sociedad Clínica Europea del Sida. Para llevarlo a cabo, los investigadores realizaron pruebas de cribado anorrectal y faríngeo a 224 varones entre el 11 de abril y el 31 de mayo en la clínica de salud sexual asociada al Instituto. De todos ellos, tres resultaron portar la enfermedad de manera asintomática.
Los pacientes tenían entre 30 y 50 años, habían mantenido sexo con otros hombres, no estaban vacunados contra la enfermedad y padecían, además de la viruela del mono, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Pese a los resultados, los expertos piden cautela a la hora de establecer conclusiones. Algunos, como Raúl Rivas, catedrático de Microbiología en la Universidad de Salamanca, creen que es necesario recabar más información acerca de por qué se producen esos casos asintomáticos y sospechan que el hecho de que los pacientes diagnosticados estuvieran tomando tratamientos antivirales para el VIH podría protegerlos frente a la aparición de síntomas. Lo «normal», dicen, es que la viruela provoque afecciones como lesiones cutáneas –el síntoma más común–, y este estudio, de momento, no altera esta constante. Por ello, añaden, los resultados no deberían suponer por ahora un motivo para la alarma.