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15 de mayo de 2024

Médico evaluando con un otoscopio a un hombre

Médico evaluando con un otoscopio a un hombreFreepick

Indemnizan con más de 170.000 euros a la familia de una mujer que murió tras una «sencilla» operación de oído

ientras los facultativos estaban tratando de arreglarle el problema, le realizaron una incisión que provocó la salida de líquido cefalorraquídeo

El Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSXG) ha condenado al Servicio Gallego de Salud (Sergas) a pagar 172.000 euros al marido e hijas de una mujer que murió en 2020 a los 74 años por «mala praxis asistencial» tras someterse a una sencilla operación de oído en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo.
El fallo del alto tribunal gallego, con fecha de 2 de noviembre, confirma la dictada el pasado mayo por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Vigo. La abogada de la defensa ha sido María Teresa Herrero Navarro, del Bufete SDS Legal, encargado de los servicios jurídicos de la asociación El Defensor del Paciente.
La paciente, que llevaba audífonos, se sometió a una operación el 15 de junio de 2020 para solucionar el problema que le llevaba meses molestando. Se le había estrechado el conducto auditivo y eso le dificultaba emplear el dispositivo. Así, se sometió a una meatoplasia, una intervención de la que le habían comentado su «sencillez y mínimo riesgo», tal y como recoge la sentencia, pese a que su doctor de confianza se la desaconsejaba.
El problema era que, hacía 58 años, cuando la mujer tenía 16 de edad, la habían operado por un coleostoma en el oído izquierdo, unos antecedentes que hacían que la meatoplasia estuviera contraindicada porque la paciente no contaba con una barrera ósea en la meninge.

Tras la operación

A pesar de las advertencias, el 15 de junio se sometió a esta intervención quirúrgica. Mientras los facultativos estaban tratando de arreglarle el problema, le realizaron una incisión que provocó la salida de líquido cefalorraquídeo. Días más tarde, se le colocó un drenaje lumbar externo y, a partir de ahí, presentó un deterioro generalizado, evidente para sus familiares, pero no para el personal facultativo que consideraba que «todo era normal».
Entre finales de julio y principios de agosto, le ejecutaron dos craneotomías y, ante el «mal pronóstico» que presentaba, acabó falleciendo el día 12 de agosto con 72 años.
Los magistrados del TSXG aseguraron que la incisión aludida era «letal de necesidad», por lo que «mal se comprende» que por una intervención sin aparente riesgo la mujer pierda la vida por «la penosa asistencia recibida».
De hecho, la sala insiste en que «los únicos responsables han sido los facultativos» porque, «teniendo la obligación» de ser conocedores de la intervención que le habían hecho durante su adolescencia, «no lo hicieron». Es más, la doctora que operó a la mujer reconoció que «de haber conocido» la ausencia de esa barrera ósea, «no hubiera procedido a la cirugía».
Así, el TSXG aprecia la «mala praxis» asistencial sufrida y ha confirmado la sentencia previa que obligaba al Sergas a indemnizar con 75.000 euros al marido de la fallecida, con 53.000 euros a una hija y con 22.000 a cada una de las otras dos. Cabe subrayar que la familia solicitaba casi 230.000 euros de indemnización, una cuantía que no estimó el juzgado de primera instancia.
Tras conocer esta sentencia, contra la que todavía cabe recurso ante el Tribunal Supremo, la presidenta de El Defensor del Paciente, Carmen Flores, lamenta que hubiese que acudir a la vía judicial «para reconocer la mala praxis, cuando era evidente y así lo recoge la sentencia».
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