Norse Atlantic Airways, una aerolínea noruega, ha abierto una nueva página en el mundo de la aviación al lograr aterrizar un avión de pasajeros en la Antártida, la primera vez que algo así se consigue.
El hito tuvo lugar el pasado jueves 16 de noviembre, cuando un Boeing 787 Dreamliner operado por la compañía nórdica tomó tierra en una pista de aterrizaje de hielo de 3.000 metros de largo y 60 de ancho. A bordo viajaban 45 científicos a bordo y 12 toneladas de equipamiento que tenían como destino la estación de investigación noruega Troll, en el norte del continente.
«Esto demuestra nuestra capacidad de realizar operaciones de vuelo más efectivas a la Antártida transportando una tripulación científica y logística más grande, así como más cargamento, con una huella ambiental menor», celebró la directora del Instituto Polar Noruego, Camilla Brekke.
De la misma forma, Norse Atlantic Airways se congratuló del logro y agradeció la confianza depositada por el Instituto. «Es un gran honor y emoción en nombre de todo el equipo Norse que hayamos logrado juntos un momento trascendental al aterrizar el primer 787 Dreamliner», manifestó la compañía en X.
El avión, que tiene capacidad para 330 pasajeros, es el más grande que ha tomado tierra hasta la fecha en la Antártida y fue elegido tanto por su amplio espacio de carga como por su eficiencia energética.
El vuelo, que había partido de Oslo el día 13, llegó a la pista de la estación noruega a las 2 de la madrugada tras efectuar una parada de repostaje en Ciudad del Cabo. Tras ello, pudo regresar a Sudáfrica sin necesidad de recargar combustible.
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