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29 de abril de 2024

Núcleos de células neoplásicas de un cáncer de endometrio

Núcleos de células neoplásicas de un cáncer de endometrioWikimedia Commons

Asocian los contaminantes ambientales a un mayor riesgo de padecer un cáncer común en mujeres

Esta neoplasia maligna se desarrolla en la cara interna del útero y supone más de 5.000 nuevos casos en España anualmente

Un análisis llevado a cabo por los centros de investigación de Barcelona y Granada ha revelado, tras varios estudios, una asociación entre las mezclas de contaminantes ambientales –presentes en pesticidas o cosméticos– y la posibilidad de desarrollar cáncer de endometrio, una neoplasia maligna que se desarrolla en la cara interna del útero y supone más de 5.000 nuevos casos en España anualmente.
Según los últimos informes, esta modalidad de cáncer se presenta cada vez con mayor frecuencia, entre otras cosas, por el envejecimiento de la población y por la obesidad, cada vez más común por la vida sedentaria de los españoles y sus malos hábitos. También es un cáncer muy dependiente de las hormonas, de manera que los estrógenos –hormonas sexuales– pueden intervenir sobre su desarrollo y evolución.
El estudio, publicado en Environmental Health Perspectives por investigadores del IDIBELL de l'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), el Instituto Catalán de Oncología (ICO), la Universidad de Granada y el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada, ha logrado abordar la relación entre el cáncer de endometrio y la exposición a mezclas de contaminantes ambientales que, según publica Europa Press, pueden interferir con las funciones de las hormonas.
Esta clase de compuestos, conocidos como disruptores endocrinos, actúan como xenoestrógenos (compuestos diseñados por el ser humano que imitan el efecto de otros estrógenos) y se encuentran en muchos productos químicos industriales, incluyendo pesticidas y herbicidas, así como en cosméticos y otros artículos de consumo cotidiano.
Mediante técnicas avanzadas de análisis químico y ensayos biológicos, los investigadores han evaluado la carga hormonal total en la sangre de más de 300 mujeres, con y sin cáncer de endometrio.
Al hilo, Marieta Fernández, la catedrática de la Universidad de Granada e investigadora del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada y del CIBERESP, ha destacado que el uso de estos ensayos biológicos ayuda a los expertos a entender «el impacto negativo de las mezclas químicas». De hecho, los resultados han revelado una asociación entre la exposición a los disruptores endocrinos y un mayor riesgo de desarrollar cáncer de endometrio.
Por otro lado, Laura Costas, investigadora del IDIBELL y el ICO, ha reconocido que es interesante «que encontramos el efecto con dosis medias de xenoestrógenos, pero no con altas, de forma similar a lo observado con las hormonas endógenas»
Asimismo, ha apuntado que esta relación seguramente está vinculada con «la propia naturaleza del tumor», ya que es un cáncer dependiente de hormonas. Por ese motivo, los científicos quieren también estudiar si la presencia de xenoestrógenos implicaría una peor evolución de la patología en aquellas mujeres que ya tienen la enfermedad.
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