
Una cuchara al lado de un cerebro salpicado por microplásticos
El cerebro contiene aproximadamente una cucharada de microplásticos
Los investigadores vinculan este incremento con los alimentos ultraprocesados y su impacto potencial en la salud cerebral
Una innovadora colección de cuatro artículos publicada en la edición de mayo de Brain Medicine sintetiza una creciente preocupación sobre los efectos de los microplásticos presentes en los alimentos ultraprocesados y su impacto potencial en la salud cerebral. Estos estudios, realizados por equipos internacionales de investigación, sugieren que los microplásticos podrían acumularse en el cerebro humano, contribuyendo al aumento global de trastornos como la depresión, la demencia y otros problemas de salud mental.
La portada del número de mayo de 2025 de Brain Medicine presenta una imagen que destaca un cerebro humano salpicado de partículas microplásticas de colores brillantes, junto a una cuchara de plástico. Esta ilustración visualiza de forma impactante la conclusión central de los estudios: el cerebro humano podría contener aproximadamente «una cucharada» de material microplástico, un hallazgo alarmante que se explora a fondo en los cuatro artículos de la colección.
Uno de los artículos destacados, titulado 'Microplásticos y salud mental: El papel de los alimentos ultraprocesados', ha sido escrito por un equipo de expertos internacionales, incluidos el doctor Nicholas Fabiano de la Universidad de Ottawa, el doctor Brandon Luu de la Universidad de Toronto, el doctor David Puder de la Universidad de Loma Linda y el doctor Wolfgang Marx de la Universidad de Deakin. Este artículo revisa y amplía un comentario previo sobre la acumulación de microplásticos en tejidos humanos y propone una nueva hipótesis: que el consumo de alimentos ultraprocesados podría estar relacionado con la exposición a microplásticos, lo que afectaría la salud mental.
El doctor Fabiano, uno de los principales autores del estudio, explica: «Estamos observando evidencia convergente que debería preocuparnos a todos». Los alimentos ultraprocesados, que ahora representan más del 50 % de la ingesta calórica en países como Estados Unidos, contienen concentraciones significativamente más altas de microplásticos que los alimentos frescos y no procesados. Hallazgos recientes indican que estas partículas pueden atravesar la barrera hematoencefálica y acumularse en el cerebro, lo que podría estar contribuyendo a trastornos neurológicos y psiquiátricos.
La hipótesis propuesta por los investigadores gana credibilidad a partir de estudios recientes, como uno publicado en Nature Medicine, que encontró concentraciones alarmantes de microplásticos en los cerebros humanos, especialmente en personas diagnosticadas con demencia, con niveles de partículas tres a cinco veces más altos en estos casos. Además, se ha observado que alimentos como los nuggets de pollo contienen 30 veces más microplásticos por gramo que las pechugas de pollo frescas, lo que destaca el impacto del procesamiento industrial.
Además de la acumulación de microplásticos, los investigadores sugieren que los efectos adversos de los alimentos ultraprocesados en la salud mental también podrían estar relacionados con otros mecanismos biológicos, como la inflamación, el estrés oxidativo y la disfunción mitocondrial. Estos mismos mecanismos son responsables de las alteraciones en los sistemas de neurotransmisores, lo que podría explicar cómo los microplásticos afectan de manera similar al cerebro.
El artículo también plantea una cuestión intrigante: ¿podría el contenido de microplásticos en los alimentos ultraprocesados ser parcialmente responsable de los efectos negativos en la salud mental? Para investigar esta relación, los autores proponen el desarrollo de un Índice de Microplásticos Dietéticos (IMD), una herramienta que permitiría cuantificar la exposición a microplásticos a través del consumo de alimentos.
Como complemento a esta investigación, otro artículo de la edición de mayo, titulado 'Aféresis terapéutica: ¿Un método prometedor para eliminar microplásticos?', propone una solución potencial para eliminar las partículas de microplásticos del cuerpo humano. El doctor Stefan Bornstein y su equipo exploran la posibilidad de utilizar la aféresis terapéutica extracorpórea, un procedimiento que filtra la sangre fuera del cuerpo, como una forma de eliminar los microplásticos de la circulación.
«Si bien necesitamos reducir nuestra exposición a los microplásticos mediante mejores opciones alimentarias y envases alternativos, también debemos investigar cómo eliminar estas partículas del cuerpo humano», señala el doctor Bornstein. A pesar de que los primeros hallazgos son prometedores, los investigadores advierten que se requiere más investigación para determinar la eficacia de la aféresis en la eliminación de microplásticos.
Los autores de estos estudios coinciden en que, si bien la investigación sobre los efectos de los microplásticos en la salud mental aún está en sus primeras etapas, sus hallazgos subrayan la urgencia de reducir el consumo de alimentos ultraprocesados y desarrollar métodos más efectivos para detectar y eliminar los microplásticos del cuerpo humano. Como concluye el doctor Fabiano: «A medida que aumentan los niveles de alimentos ultraprocesados, microplásticos y consecuencias negativas para la salud mental, es imperativo que investiguemos más a fondo esta posible asociación. Después de todo, somos lo que comemos».