Un brigadista ante una lengua de fuego procedente del Incendio forestal que afecta a Puercas (Zamora)
El incendio de Zamora puede convertirse en el peor de España desde 1968
El Gobierno ha pedido ayuda a las instituciones europeas para poder extinguir los incendios que asolan la Península Ibérica estos días
España ha solicitado al Mecanismo Europeo de Protección Civil un módulo con dos aviones cisterna de gran capacidad de más de 5.500 litros cada uno
Las llamas que consumen desde hace días la comarca zamorana de La Carballeda podrían marcar un antes y un después en la historia de los incendios forestales de España. Con más de 40.000 hectáreas arrasadas y un avance imparable favorecido por el viento y la sequía extrema, este fuego amenaza con convertirse en el más devastador registrado en el país desde 1968.
El incendio comenzó en el término municipal de Molezuelas y, en apenas cuatro días, se ha extendido por montes, pinares y pastos secos, obligando a evacuar a más de 1.200 vecinos de varios pueblos cercanos. La magnitud de la emergencia ha llevado a Protección Civil a declarar el nivel 3, solicitando refuerzos a comunidades autónomas limítrofes y medios aéreos adicionales.
Un desastre en tiempo real
Más de 500 personas –entre bomberos forestales, militares de la UME, brigadas helitransportadas y voluntarios– trabajan día y noche para contener el fuego. Sin embargo, las condiciones meteorológicas son adversas: temperaturas superiores a 38 °C, humedad por debajo del 15 % y rachas de viento cambiantes.
El espejo del pasado: medio siglo de grandes incendios
Los registros oficiales del Ministerio para la Transición Ecológica comienzan en 1968, y desde entonces España ha enfrentado algunos incendios de dimensiones históricas.
1985, año récord: con 484.476 hectáreas forestales quemadas en todo el país.
Huelva, 1968: Uno de los mayores incendios individuales, con cerca de 54.000 hectáreas arrasadas.
Minas de Riotinto (Huelva, 2004): Entre 29.867 y 35.000 hectáreas.
Moratalla (Murcia, 1994): 26.000–30.000 hectáreas.
Cortes de Pallás (Valencia, 2012): Aproximadamente 30.000 hectáreas.
Navalacruz (Ávila, 2021): Más de 22.000 hectáreas.
Losacio y Sierra de la Culebra (Zamora, 2022): Juntos superaron las 60.000 hectáreas, cifra que marcó un hito en Castilla y León y en España.
Estos siniestros no solo supusieron la pérdida de masa forestal, sino también daños irreparables en biodiversidad, impactos económicos millonarios y, en ocasiones, víctimas mortales.
La amenaza de un nuevo récord
Si la tendencia actual del incendio de Molezuelas se mantiene, las estimaciones apuntan a que podría superar las 50.000 hectáreas, entrando en el podio de los incendios más extensos de la historia reciente y rivalizando con el de Huelva de 1968 o los grandes fuegos zamoranos de 2022.
Incendio en Abejera y Ríofrio de Aliste
Además de la magnitud, preocupa la zona afectada: la comarca de La Carballeda es un ecosistema de gran valor ambiental, hogar de especies emblemáticas como el lobo ibérico y aves rapaces protegidas. La destrucción de su hábitat podría tener consecuencias ecológicas duraderas.
Lecciones que aún cuestan aprender
Sequías más largas, olas de calor más intensas y el abandono del medio rural crean el caldo de cultivo perfecto para que cualquier chispa –sea accidental, negligente o intencionada–se convierta en una catástrofe.
Incendio en Abejera y Ríofrio de Aliste
«Estamos ante una nueva era de incendios extremos», advierte un portavoz de WWF España. «Ya no basta con apagar fuegos; necesitamos un plan integral de prevención, gestión forestal y repoblación adaptada al clima que viene», añade.
Mientras los vecinos esperan poder regresar a sus hogares y evaluar los daños, el humo cubre el cielo y el olor a madera quemada impregna kilómetros a la redonda, recordando que, en España, los grandes incendios no son solo cifras en un informe, sino tragedias que marcan generaciones enteras.