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Una mujer que se encuentra mal

Una mujer que se encuentra malGetty Images | ozgurcankaya

El plan de gripe de Sanidad para este 2025: de las mascarillas al teletrabajo para reducir el contacto

El protocolo de recomendaciones para el control de las infecciones respiratorias agudas es el mismo que el Ministerio intentó poner en marcha, sin éxito, la temporada pasada

La temporada de gripe ha llegado antes de lo previsto. Este año, la incidencia de virus respiratorios ha crecido de forma exponencial. Tanto, que la ministra de Sanidad, Mónica García, ha llamado a adoptar una serie de medidas para frenar la propagación y proteger a los más vulnerables.

En este sentido, el plan de medidas contra los virus respiratorios 2025, al que ha accedido Efe, recupera la mascarilla en centros sanitarios, que pasará de recomendada a obligatoria en los peores momentos de contagios, y aconseja la reubicación o baja de los trabajadores de residencias y el refuerzo del teletrabajo.

El protocolo de recomendaciones para el control de las infecciones respiratorias agudas que debatirá la Comisión de Salud Pública es en esencia el mismo que el Ministerio de Sanidad intentó poner en marcha, sin éxito, la temporada pasada, con cuatro escenarios de riesgo y una serie de medidas asociadas a cada uno.

Su intención es «facilitar la coordinación» y homogeneizar actuaciones en todo el territorio, «independientemente de que cada comunidad o ciudad autónoma implemente tantas medidas complementarias como considere adecuadas».

Los niveles de riesgo se miden con indicadores como la tasa de incidencia, hospitalizaciones, ocupación de camas o ingresos en UCI, entre otros, que se extraen del Sistema de Vigilancia de las Infecciones Respiratorias Agudas (SiVIRA), del registro de incapacidades temporales (IT); de las aguas residuales; el sistema de monitorización de la mortalidad diaria (MoMo); el de Información de Vacunaciones (SIVAMIN) y la información autonómica de capacidad asistencial y ocupación hospitalaria.

Escenario 0: con síntomas, siempre mascarilla

En una situación interepidémica o basal se recomienda ponerse siempre mascarilla con síntomas a mayores de seis años, salvo quienes tengan «algún tipo de enfermedad o dificultad respiratoria» que pueda verse agravada por el cubrebocas o que, por su situación de discapacidad o dependencia, no dispongan de autonomía para quitársela.

También se desaconseja cuando «resulte incompatible con la naturaleza de las actividades que se estén realizando».

Durante toda la temporada se debe recomendar la vacunación, la higiene respiratoria y de manos; priorizar espacios al aire libre, evitar aglomeraciones y ventilar los espacios.

Escenario 1: recomendada en áreas vulnerables de centros sanitarios

Cuando los indicadores de transmisibilidad estén en nivel bajo o moderado, se recomienda a las personas con síntomas que usen mascarilla y que, «en la medida de lo posible», minimicen interacciones y apliquen las medidas de etiqueta respiratoria e higiene de manos durante los cinco días posteriores a tener síntomas, extremando los contactos con grupos vulnerables. También recomiendan el teletrabajo.

En los centros residenciales, los trabajadores con síntomas deberán ser reubicados en áreas donde no tengan contacto directo con personas vulnerables y, de no ser posible, darse de baja los cinco primeros días tras iniciar síntomas. Cuando se reincorporen seguirán utilizando permanentemente la mascarilla hasta la remisión completa.

En los hospitales, centros de salud y similares se recomendará mascarilla tanto a personal sanitario como pacientes y acompañantes en ámbitos vulnerables como salas de tratamientos quimioterápicos o unidades de trasplantados.

Escenario 2: indicada en salas de espera y urgencias

Cuando los indicadores estén en un nivel alto, las personas con síntomas deberán reforzar las medidas del anterior escenario.

En cuanto a las medidas de prevención, Sanidad llama a mejorar la ventilación, limpieza y desinfección y recomendar mascarilla a personas cuyas ocupaciones les llevan a interacciones frecuentes con personas con síntomas compatibles o casos confirmados. También se impulsarán medidas que «eviten la aglomeración» de trabajadores en espacios cerrados.

En los centros residenciales se recomendará el cubrebocas «activamente» a personas con riesgo de desarrollar complicaciones graves.

De forma «permanente» se aconsejará a «todos los trabajadores de los ámbitos vulnerables», pero no a pacientes o residentes, «valorando su obligatoriedad de manera general o en los centros que según su situación específica y vulnerabilidad así se determine».

Se podrán «restringir las visitas de cortesía» evaluando antes «la repercusión emocional» de esta actuación.

Los trabajadores contagiados en contacto con vulnerables que no puedan reubicarse deberán ser dados de baja «los días indicados de aislamiento».

En los centros sanitarios la mascarilla estará «indicada» para trabajadores, pacientes y acompañantes en lugares comunes como salas de espera o urgencias hospitalarias, «valorando su obligatoriedad de manera general o en los centros que según su situación específica y vulnerabilidad así se determine».

Tendrán que activarse los planes de continuidad para asegurar la asistencia sanitaria ante un incremento de la demanda asistencial, y se incrementarán, si es necesario, las capacidades de los servicios de urgencias y de UCI.

Escenario 3: Medidas adicionales y «excepcionales»

Cuando los indicadores se encuentren en un nivel «muy alto» o haya información que apunte a un «riesgo pandémico», se añadirán otras medidas como el refuerzo de la coordinación mediante la convocatoria extraordinaria del pleno del Consejo Interterritorial.

En caso necesario, «se podrá valorar la adopción de medidas adicionales y excepcionales que se implementarán de acuerdo a la normativa específica», concluye.

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