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03 de mayo de 2024

Yacimiento de hidrocarburos no convencionales en Vaca Muerta en Argentina

Yacimiento de hidrocarburos no convencionales en Vaca Muerta en ArgentinaEFE

Medio Ambiente

'Fracking': luces y sombras del polémico método de extracción de hidrocarburos

El conflicto de Ucrania reabre el debate sobre el uso de este sistema a pesar de que la legislación española lo prohíbe

El conflicto de Ucrania ha disparado el coste de los hidrocarburos en España. Mientras que el litro de gasolina ronda los dos euros, el gas natural ha duplicado su precio respecto a los días anteriores a la invasión rusa. Ante esta situación, son muchos los que piden revisar la prohibición del fracking, un sistema de extracción que ha convertido a Estados Unidos en el primer productor del mundo. Pero este método tiene su lado oscuro.
Hace unos días, el Colegio Oficial de Geólogos (ICOG), criticaba que España no hubiera aprovechado la oportunidad de explorar sus recursos energéticos propios en lugar de mantener su alta dependencia del exterior. «La producción de hidrocarburos no convencionales usando la fracturación hidráulica», comentaba esta institución, «es un proceso industrial maduro, absolutamente viable, tanto técnica como económica y medioambientalmente, siempre que se respeten los principios de cautela y acción preventiva».
En la UE, el fracking o fracturación hidráulica está visto con displicencia, aunque –dependiendo del signo político del gobierno de turno o la coyuntura económica– se escuchan más o menos voces a favor de este método. Y esta es una circunstancia excepcional: Rusia exporta el 40 % de las necesidades energéticas de Europa y, aunque los organismos europeos han tomado medidas para reducir esta dependencia, cualquier decisión llega ya tarde y se ha reabierto el debate sobre su uso.
El fracking permite extraer hidrocarburos no convencionales atrapados en la roca. Para ello se inyecta agua a presión, mezclada con arena y otros productos químicos, que rompe esa roca liberando el gas de su interior. «En España tenemos recursos», explica Manuel Regueiro, presidente del ICOG, «pero el Gobierno ha hecho una legislación que impide la exploración».
Un informe del Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas de 2013 aseguraba que los recursos potenciales de gas natural no convencional en España podían cubrir durante 39 años la actual demanda e incluso duplicarse con una investigación exhaustiva. Otro estudio de Deloitte señalaba que, mediante el fracking, teníamos reservas de gas para 70 años y reduciría la dependencia exterior en un 20 % para los próximos 20 años. Pero este método tiene bastantes inconvenientes.

La extracción forma un lodo tóxico difícil de depurar

Durante el proceso de perforado, se utilizan aceites para lubricar la sonda y prevenir el desgaste. Estos se mezclan con los restos de arena y roca procedentes de la extracción que forman un lodo tóxico muy difícil de depurar. En Estados Unidos, donde la legislación ambiental es más estricta que en otros países donde se realiza fracking, estos desechos son secados y tratados, lo que genera un importante coste. En otros países, simplemente se mezclan con arena y se vuelven a enterrar, con el consiguiente deterioro medioambiental.
En la siguiente fase, al tratarse de geologías muy complejas y compactas, se introduce agua a mucha presión mezclada con productos químicos y arenas de sílice para que el gas fluya. Esta mezcla queda atrapada en el suelo pudiendo contaminar el terreno.

«Suicidio climático»

«Es un arma de doble filo: hay hidrocarburos, pero a un precio medioambiental y energético muy alto», explica Francisco del Pozo, responsable de Energía de Greenpeace. «El retorno energético es muy bajo e implica mucho CO₂, es un sistema tremendamente ineficiente». Según Del Pozo, «es un falso debate», ya que, «aunque se pudiese sacar, sería un suicidio climático e iría en contra del acuerdo de París».
De momento, la Ley del Cambio Climático, aprobada por el Ejecutivo el pasado año, y la regulación en materia de emisiones de CO₂, impiden llevar a buen puerto cualquier intento de exploración de hidrocarburos. El debate del fracking en España tendrá que esperar.

La gallina de los huevos de oro

Un informe del año 2014 de Deloitte para la Asociación Española de Compañías de Investigación, Exploración y Producción de Hidrocarburos cifraba en 44.000 millones de euros al año el impacto de la explotación de estos recursos en nuestro país.
Según Deloitte, en un escenario medio, la actividad de exploración y producción de hidrocarburos generaría hasta 260.000 puestos de trabajo directos e indirectos. Además, reduciría la importación de petróleo en un 20 % durante 20 años, lo que permitiría eliminar el déficit comercial.
Del Pozo critica que estos datos se tratan de «informes especulativos» basados en la perspectiva de ganancia. «La mayor parte de la industria del fracking se basa en la especulación: la industria se basa en reservas probadas que realizan aquellas empresas encargadas de la extracción», concluye.
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