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05 de mayo de 2024

Dos mujeres alivian con abanicos el calor este lunes en Pamplona donde

Dos mujeres alivian con abanicos el calor este lunes en PamplonaEFE

Recomendaciones ante la ola de calor: hidratación y comidas ligeras para sobrellevar los más de 40 grados

Las autoridades emiten estos días sus consejos para prevenir posibles efectos adversos en la salud como consecuencia de las altas temperaturas

Es verano y hace calor. Hasta aquí todo normal. Sin embargo, como consecuencia de esta segunda ola de calor que España está atravesando las temperaturas pueden llegar a ser extremas, pudiendo llegar a los 45 grados en el valle del Guadalquivir, 44 en Zaragoza o 43 en Ciudad Real, Toledo y Granada.
Esto, como todos sabemos, puede acarrear problemas para la salud, y es que si afrontamos directamente este calor sin las debidas prevenciones podemos sufrir un golpe de calor. En lo que llevamos de año ya han fallecido dos personas por esta causa, un hombre de 46 años en Cinco Casas (Ciudad Real) y otro de 47 años falleció en Aznalcóllar (Sevilla), ambos agricultores.
Por ello, para evitar sufrir las consecuencias de las altas temperaturas, las autoridades y los médicos emiten –como cada año– una serie de recomendaciones. Aunque son aplicables a todo el mundo, deberán prestar especial atención las personas mayores, las discapacitadas y los menores de cinco años, así como todo aquel que tenga enfermedades crónicas o quienes realicen trabajos físicos en el exterior.
El Ministerio de Sanidad, entre otras administraciones, ha hecho público un decálogo en el que hace las siguientes recomendaciones:
  • Beber agua y líquidos con frecuencia, aunque no se sienta sed y con independencia de la actividad física que se realice.
  • Evitar las bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas, ya que pueden favorecer la deshidratación.
  • Permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refrescarse cada poco tiempo.
  • Reducir la actividad física y evitar realizar deportes al aire libre en las horas centrales del día.
  • Usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar.
  • No dejar a ninguna persona en un vehículo estacionado y cerrado, especialmente a menores de edad, mayores o con enfermedades crónicas.
  • Es recomendable consultar a un profesional sanitario ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas.
  • Mantener las medicinas en un lugar fresco; el calor puede alterar su composición y sus efectos.
  • Hacer comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor, como pueden ser ensaladas, frutas, verduras, zumos, etc.
De igual manera, los profesionales recomiendan protegerse del sol con gorras o sombreros y vestir de colores claros. Aun así, los médicos insisten en el uso de la crema solar, que además de proteger la piel de los efectos del sol contribuye a no sufrir un golpe de calor.
Por todo ello es aconsejable evitar pisar la calle en las horas centrales del día y refugiarse en casa. Para mantenerla fresca hay que bajar las persianas durante el día y cerrar las ventanas para abrirlas durante la noche, cuando en la calle ya refresca. Asimismo, es importante usar los toldos en caso de contar con ellos para evitar que los rayos del sol incidan directamente en nuestras ventanas y muros.
En materia alimentaria, con las altas temperaturas es esencial que conservemos las comidas en el frigorífico, ya que las altas temperaturas favorecen el crecimiento de microorganismos en los alimentos y la cadena del frío se puede romper más fácilmente, provocando que los alimentos se estropeen con más rapidez y que, al ingerirlos, sea peligroso para nuestra salud.

Síntomas del golpe de calor

Tal y como informan desde el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, una de las comunidades más afectadas por las altas temperaturas, hay que prestar atención ante cualquier síntoma de estar padeciendo un golpe de calor.
Entre ello está la elevación de la temperatura corporal alcanzando o superando los 40 ºC, presentar sobrecalentamiento en la piel, así como enrojecimiento y sequedad además de dolor de cabeza intenso.
A esto se añade a menudo fatiga, hiperventilación, náuseas, vómitos o diarrea. Igualmente, puede presentar una alteración del estado mental, convulsiones, delirio, incluso coma. La primera manifestación, advierten, puede ser la pérdida del conocimiento.
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