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10 de mayo de 2024

Imagen de unos viñedos entre las montañas

Imagen de unos viñedos entre las montañasFreepik

El lloro de la vid: en qué consiste y cuándo se produce este curioso fenómeno natural

Se trata de un proceso habitual y necesario para que la planta vuelva de su letargo invernal y pueda ofrecer las mejores uvas

España es el país del mundo que cuenta con la mayor cantidad de viñedos, con unas 968.400 hectáreas dedicadas a la viticultura. Algo que supone el 13 % del total del planeta, situándose por encima de Italia y Francia y contando con más de 4.300 bodegas repartidas por todo el territorio nacional.
Como resultado, España posee 235 variedades de uva, sin contar una infinidad más que no están identificadas. Todo esto se traduce también en su consumo, y es que en 2023 se consumieron 9,70 millones de hectolitros de vino, según datos del último informe económico de mercado que la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) ha puesto a disposición del sector.
Por ello, para la industria vitivinícola este mes de marzo es aquel en el que la vid 'llora'. El llamado lloro de la vid ocurre después de la poda, cuando la savia llega a los cortes y no se detiene, por lo que comienza a manifestarse en forma de lágrimas que gotean desde las ramas.
Durante los meses de invierno, la vid permanece inerte, momento que los viticultores aprovechan para realizar esa poda de invierno. Con ello se busca preparar y adaptar la planta para su cultivo y desarrollo, así como conseguir equilibrar la producción de la uva. En caso de no podarse, la vid, como planta trepadora que es, podría crecer hasta treinta metros, por lo que de esta manera se adapta a la forma de cultivar que se necesita para obtener las uvas.

Finalización del letargo invernal

Es en este mes de marzo, que actúa de transición entre el invierno y la primavera, cuando el letargo de la vid termina y la planta vuelve a su actividad, coincidiendo con la subida de las temperaturas.
Es la raíz la que nota cómo el suelo va calentándose y hace que la savia vuelva a circular por la planta cargada de hormonas vegetales y nutrientes. Y es esta savia la que, al llegar al punto de poda, saldrá al exterior provocando ese particular 'lloro'. Lo hará en forma de lágrima, de goteo constante, y su cantidad y duración dependerá de cómo se ha hecho la poda.
Desde Bodegas Gallegas apuntan que, cuanto más tarde se poda la planta, más llora esta y también depende de cómo se hayan producido esos cortes. Asimismo, el vigor del viñedo y la climatología también influirán en ese lloro, que solo cesará cuando los cortes se recubran con unas «sustancias gomosas producidas por bacterias que viven sobre el derrame, además de con las sales disueltas en el lloro evaporado». Todo esto obturará los vasos conductores de la vid, al taponarlos cesará el lloro.
En términos generales, el lloro de la vid, que se suele dar en el mes de marzo, se prolonga durante aproximadamente una semana o 10 días. A lo largo de este tiempo, según afirman desde Martínez Carra, empresa de protección de cultivos, cada vid es capaz de expulsar hasta cinco litros de agua. Tras este período, la vid comenzará a crecer de nuevo y comenzarán a aparecer los brotes, que se podrán ver aproximadamente desde la segunda quincena de abril.
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