Los productos bio están presentes ya en todos los supermercados
¿Son realmente ecológicos los productos que compramos como «verdes»?
Multitud de marcas comercializan ya sus versiones 'bio', pero organizaciones de consumidores y ecologistas denuncian que se debe más a una estrategia de mercado que a una realidad
La presencia de productos 'bio' o 'verdes' en los lineales de los supermercados se ha multiplicado en los últimos años. Se puede encontrar una variante 'bio' de casi todos los alimentos, e incluso alguna cadena de supermercados ha abierto tiendas en las que solo se vende este tipo de artículos.
Muchas personas optan por pagar unos euros más en su compra con tal de adquirir estos productos que, supuestamente, son más respetuosos con el medio ambiente. Pero, ¿es esto real? Lo cierto es que las empresas han visto esta tendencia como una oportunidad de negocio, lanzando alternativas verdes que venden más caras con el pretexto de que son más sostenibles y más beneficiosas para la salud de quien las consume.
A nivel internacional, Estados Unidos es el país que lidera el ranking de consumidores de productos verdes, mientras que Alemana y Francia se sitúan a la cabeza europea. En España, el país de la Unión Europea con una mayor extensión de terreno destinada a la producción agrícola ecológica, desde 2016 se sitúa entre los diez países que consume más productos ecológicos.
Por franjas etarias, son las personas jóvenes, especialmente las nacidas en las dos últimas décadas del siglo XX (millenials), son el colectivo más involucrado en el consumo ecológico y más concienciado con los hábitos de compra saludables y sostenibles en el tiempo.
No obstante, existe cierta desconfianza sobre si estos alimentos son realmente 'bio' o no. Algunas empresas llevan a cabo prácticas conocidas como greenwashing, es decir, un lavado de imagen verde para vender más sin cambiar sustancialmente el impacto que una actividad o de un producto. Por ello, quien de verdad compre estos productos por convicción deberá estudiar el etiquetado para evitar el engaño.
Algunas de estas prácticas incluyen afirmar que un producto es verde basándose en una propiedad insignificante comparada con los impactos ambientales que causa su producción o crear certificaciones propias sin verificación independiente. Asimismo, también es habitual que las marcas presenten como compromisos voluntarios y logros ambientales el mero cumplimiento de obligaciones legales o generen credibilidad y confianza con cuestiones irrelevantes en relación a la actividad de la empresa y el impacto de sus productos o servicios.
Por todo ello, conviene estudiar bien cada producto y cada empresa para saber si realmente cumplen con los objetivos que se promocionan y no se trata de una estrategia de mercado para vender más y a un precio más elevado. Según un estudio de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, el aumento de consumidores verde lo frena precisamente desconfianza sobre la veracidad de su origen sostenible, unido al elevado precio de los productos.
La advertencia de la OCU
La propia Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ya alertó sobre las prácticas de greenwashing o 'ecopostureo' de algunas marcas y destacó los medios que estas utilizan para engañar al comprador. Entre ellos destaca la imagen verde como principal gancho, con diseños asociados a la naturaleza y lo ecológico y los nombres o denominaciones, que suelen coincidir con las palabras «bio», «orgánico» o «eco friendly».
La OCU también denuncia que suelen vender que están compuestos por más de un ingrediente natural, pero desde la organización destacan que eso no conlleva que el producto sea ecológico. Detrás de esto está el proceso usado para su extracción y el impacto ambiental que genera su producción y transporte.
Igualmente, entre las prácticas llevadas a cabo por las empresas se encuentra también el pegado de etiquetas poco fiables o con sellos ecológicos no oficiales, ya que si no son del tipo EU Ecolabel o Ecocert estamos hablando nuevamente de 'ecopostureo'. Estas dos etiquetas son certificaciones otorgadas por entidades públicas y privadas que garantizan que un producto es verdaderamente 'eco', tras superar un proceso específico de evaluación.