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Río Ulla a su paso por Touro

Río Ulla a su paso por TouroEuropa Press

Los niveles de mercurio en los ríos han subido un 150 % en la era industrial

Un estudio alerta sobre las graves implicaciones de esta situación para la salud humana y la vida silvestre

Una investigación pionera de la Universidad de Tulane ha revelado que los niveles de mercurio en los ríos del mundo se han incrementado drásticamente desde el inicio de la era industrial, duplicando con creces las cifras registradas antes de 1850. Publicado en la revista Science Advances, el estudio desarrolló un innovador modelo computacional que permite simular el transporte de mercurio fluvial a escala global, arrojando datos preocupantes sobre la evolución de esta contaminación.

Según el análisis, antes del siglo XIX los ríos transportaban anualmente unas 390 toneladas métricas de mercurio hacia los océanos. En la actualidad, esa cifra ha escalado hasta cerca de 1.000 toneladas métricas, lo que supone un aumento del 150 %. Este crecimiento se atribuye principalmente a la intensificación de la minería, la expansión de la industria, el vertido de aguas residuales y la erosión de suelos agravada por actividades humanas como la deforestación.

Yanxu Zhang, profesor asociado de Ciencias de la Tierra y Ambientales en la Universidad de Tulane y autor principal del trabajo, sostiene que «las actividades humanas han alterado el ciclo global del mercurio en todos sus aspectos». Y añade: «Si bien estudios anteriores se han centrado en las concentraciones de mercurio en la atmósfera, el suelo y el agua de mar, han pasado por alto en gran medida los ríos, una vía importante para el mercurio que se ha convertido, de hecho, en una vía de desagüe para las aguas residuales de fuentes municipales e industriales».

Consecuencias para la salud y la biodiversidad

El estudio alerta sobre las graves implicaciones de esta situación para la salud humana y la vida silvestre. Los compuestos de mercurio, altamente tóxicos, pueden acumularse en organismos acuáticos como los peces, y trasladarse por la cadena alimentaria hasta el ser humano. Regiones ribereñas que coinciden con importantes corredores migratorios de aves, especialmente en Asia Oriental y América del Norte, presentan niveles crecientes de contaminación.

En palabras de Zhang, «el establecimiento de una línea de base para el mercurio ribereño durante la era preindustrial puede servir como un punto de referencia clave», lo que permitiría fijar objetivos concretos para instrumentos internacionales como el Convenio de Minamata sobre el Mercurio.

El equipo de Tulane ha creado un detallado modelo informático, denominado MOSART-Hg, con el que ha podido reconstruir los flujos de mercurio desde el periodo preindustrial. Para validar los resultados, se compararon las simulaciones con registros sedimentarios tomados de zonas costeras de todo el planeta. Las coincidencias entre los datos modelizados y las muestras físicas aportan solidez a las conclusiones obtenidas.

Diferencias regionales marcadas

El estudio ofrece además una lectura por regiones, destacando que América del Norte y del Sur son responsables del 41 % del aumento global de mercurio fluvial desde 1850. Le siguen el Sudeste Asiático (22 %) y el Sur de Asia (19 %). En América del Sur, la minería de oro artesanal y en pequeña escala (MAPE) aparece como la principal fuente de emisiones. En la cuenca amazónica, la situación es especialmente crítica: el río Amazonas transporta más de 200 toneladas métricas de mercurio al año, de las cuales tres cuartas partes se deben a actividades humanas, principalmente mineras.

En Asia Oriental, el panorama también es alarmante. Las emisiones industriales son el principal motor de la contaminación y, según Zhang, los ríos chinos contribuyen con más del 70 % del mercurio regional. El caso del río Yangtsé es ilustrativo: su flujo de mercurio se ha más que duplicado respecto a los niveles del siglo XIX.

No obstante, no todas las regiones presentan una evolución negativa. En el Mediterráneo, los niveles actuales de mercurio en los ríos son inferiores a los registrados antes de la industrialización. Este fenómeno se debe, en parte, a infraestructuras como la Presa Alta de Asuán en el Nilo, que actúan como barreras para los sedimentos cargados de metales.

El profesor Zhang considera que «las concentraciones fluviales de mercurio podrían servir como un indicador de respuesta rápida para evaluar la eficacia de la gestión de la contaminación», en un momento en el que diversos países redoblan sus esfuerzos por mitigar las emisiones de mercurio y recuperar los entornos naturales afectados.

El trabajo ha contado con la colaboración de investigadores de instituciones internacionales como la Universidad de California en San Diego, la Universidad Forestal de Pekín, el Servicio Geológico de Estados Unidos y el centro francés Géosciences Environnement Toulouse.

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