Eucaliptos XUNTA 01/4/2020
¿Oro en los árboles? Hallan partículas doradas en las hojas de una especie muy común en España
Esto podría contribuir a la búsqueda de este y otros metales como hierro, cobre o plomo en distintas regiones del planeta
El oro ha sido desde tiempos inmemoriales el metal más preciado del mundo. Desde las antiguas civilizaciones hasta los bancos centrales modernos, el oro ha sido sinónimo de poder, riqueza y deseo. Aunque actualmente existen otros metales que tienen esta consideración, como el radio –cuya demanda ha hecho que su precio haya superado al del oro–, el elemento dorado continúa entre los más codiciados.
Por ello, las explotaciones de oro continúan en auge, y cualquier pista que indique dónde puede haber un yacimiento es importante de analizar. De ahí la relevancia de un hallazgo relativamente reciente que podría cambiar la manera de buscar oro. Se trata de un descubrimiento por parte de científicos australianos que comprobaron que la presencia de partículas de oro en un árbol muy común indica la presencia de depósitos de metal metros más abajo.
Hablamos del eucalipto, una especie que copa los bosques de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco, sobre todo para la producción maderera, pero que también se caracteriza por la facilidad con la que arde, haciendo que, en muchos casos, los incendios forestales en estas zonas se tornen incontrolables. Pues bien, el hallazgo, publicado en Nature Communications, ofrecería una nueva manera de localizar el codiciado elemento en lugares difíciles de alcanzar.
Durante años, los científicos habían detectado diminutas partículas de oro en el suelo que rodeaba ciertos eucaliptos. Ahora, la investigación ha confirmado que no solo se encontraba en el entorno, sino que los árboles también estaban absorbiendo el valioso metal. Gracias al sincrotrón australiano –una enorme máquina capaz de descomponer la materia mediante rayos X con una precisión excepcional–, los investigadores hallaron rastros de oro en las hojas, la corteza y las ramas de algunos ejemplares. Eso sí, en cantidades mínimas.
«Calculamos que harían falta unos 500 árboles creciendo sobre un yacimiento para obtener suficiente oro como para fabricar un anillo», explicó el investigador Melvyn Lintern. Pero, más allá del valor inmediato del metal presente en los árboles, su hallazgo es una pista valiosa sobre lo que se esconde bajo tierra. Las partículas en el follaje indican la existencia de yacimientos enterrados a más de 30 metros de profundidad.
«Creemos que los árboles actúan como bombas hidráulicas. Sus raíces extraen agua del subsuelo, y en ese proceso también absorben partículas disueltas de oro, que luego ascienden a través del sistema vascular hasta las hojas», detalló Lintern.
Actualmente, la prospección de oro se basa en el hallazgo de afloramientos visibles o perforaciones costosas. Sin embargo, los científicos creen que el análisis de la vegetación puede ofrecer una alternativa más eficiente y ecológica. «No solo representa una forma más rentable de orientar la exploración, sino que además minimiza el impacto ambiental. Basta con tomar pequeñas muestras de hojas y ramas, incluso las caídas al suelo», destacó el experto.
La técnica, además, podría aplicarse a la búsqueda de otros metales como hierro, cobre o plomo en distintas regiones del planeta, abriendo una nueva vía para la exploración minera más respetuosa con el entorno.