Playa de Silgar, en Sangenjo, a 30 de septiembre
El mes de septiembre ha sido el tercero más cálido a nivel mundial, con una media de 16,11 ºC
La temperatura media global de la superficie marina alcanzó en septiembre los 20,72ºC, el tercer valor más alto jamás registrado para este mes
El mes de septiembre de 2025 se ha consolidado como el tercer más cálido a nivel global desde que existen registros, con una temperatura media de 16,11 grados centígrados. Así lo revela el último boletín climático publicado por el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), que destaca un aumento de 0,66 ºC respecto a la media registrada en los septiembres del periodo de referencia comprendido entre 1991 y 2020.
Este registro sitúa al mes apenas 0,27 ºC por debajo del récord histórico alcanzado en septiembre de 2023 y a tan solo 0,07 ºC del valor registrado en 2024, el segundo más alto. En comparación con la era preindustrial, tomando como base el periodo 1850-1900, la diferencia térmica de septiembre de 2025 asciende a 1,47 ºC, un dato que refuerza la preocupación por el ritmo sostenido del calentamiento global.
En el ámbito europeo, la temperatura media fue de 15,95 ºC, lo que supone 1,23 ºC por encima del promedio del mismo mes entre 1991 y 2020. Este dato convierte a septiembre de 2025 en el quinto más cálido registrado en el continente, aunque Copernicus aclara que la diferencia con otros años es marginal: tan solo 0,04 ºC separan este valor del cuarto más caluroso (2018) y del sexto (2011).
Las anomalías térmicas más acusadas se localizaron en la península escandinava, la de Kola, así como en Carelia, Finlandia y Europa del Este, donde se registraron temperaturas considerablemente superiores a la media. Por el contrario, algunas zonas del oeste europeo experimentaron temperaturas ligeramente más frescas, aunque con desviaciones menores a un grado respecto a la media.
El mar también bate récords
La temperatura media global de la superficie marina alcanzó en septiembre los 20,72ºC, el tercer valor más alto jamás registrado para este mes. Esta cifra queda apenas 0,20ºC por debajo del récord de septiembre de 2023, lo que refleja la persistente tendencia al alza también en los océanos.
En el ámbito europeo, la temperatura superficial del mar fue especialmente elevada. El Mediterráneo, en particular, experimentó valores térmicos notablemente superiores a la media, sobre todo en sus regiones occidental y central. Además, se alcanzaron niveles récord en zonas más septentrionales, comprendidas entre el mar de Noruega y el mar de Kara, evidenciando el alcance del fenómeno.
En lo que respecta a las precipitaciones, el mes estuvo marcado por fuertes lluvias en amplias zonas del norte y centro de Europa. La península escandinava, la región de Kola, Carelia y Finlandia registraron precipitaciones intensas, al igual que áreas situadas a lo largo de la costa oriental del mar Negro, parte del territorio italiano, zonas costeras de Croacia y el este de España.
Estas lluvias, en determinados puntos, provocaron inundaciones y causaron importantes trastornos, con alteraciones en la actividad económica, el transporte y la vida cotidiana de los habitantes afectados.
No obstante, la situación fue opuesta en otros puntos del continente. La mayor parte de la Península Ibérica, la costa de Noruega, amplias zonas de la Italia peninsular, los Balcanes y regiones del oeste de Rusia y Ucrania experimentaron un mes más seco de lo habitual, con déficits de precipitaciones en comparación con la media histórica.
Los datos presentados por Copernicus ponen de manifiesto una tendencia inequívoca al calentamiento climático, tanto en superficie terrestre como marina. Las altas temperaturas sostenidas y las alteraciones en los patrones de precipitación no solo elevan el riesgo de fenómenos extremos, como inundaciones y sequías, sino que también suponen un desafío para la gestión de recursos naturales, la seguridad alimentaria y la planificación urbana.
Septiembre de 2025 se suma así a una cadena de meses y años marcados por anomalías térmicas persistentes, consolidando un panorama que exige respuestas urgentes y coordinadas desde todos los ámbitos institucionales, científicos y sociales.