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Una «Vespa Velutina», comunmente conocida como avispa asiáticaEFE

La avispa velutina se cobra nuevas víctimas: el avance imparable de una especie letal

En diez días ha provocado dos muertes en España, lo que evidencia su expansión y los riesgos que conlleva no solo para la salud, sino también por el impacto que tiene sobre las abejas autóctonas y la apicultura

La avispa velutina nigrithorax, también conocida como avispa asiática, continúa expandiéndose sin freno por Europa y representa un riesgo tanto ecológico como sanitario. También conocida como avispa asiática, ha vuelto a situarse en el centro de la actualidad tras causar dos muertes en Galicia en apenas diez días: primero de un concejal del Partido Popular de 76 años en el municipio coruñés de Irijoa y de un cazador de 55 años la localidad de Cospeito, en Lugo.

Los dos fallecimientos han vuelto a poner el foco sobre la avispa velutina, una especie invasora que se ha expandido rápidamente por buena parte del territorio español desde su llegada en 2010. Según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), su primera detección se produjo en Amaiur/Maya, en el valle navarro del Baztán, tras haber cruzado la frontera desde Francia, donde ya se había establecido años antes.

La avispa asiática se distingue fácilmente de las especies autóctonas por su coloración más oscura, su cabeza negra y su cara amarillenta anaranjada. Además, presenta patas de color anaranjado en los extremos y un tamaño que puede variar entre 17 y 32 milímetros de longitud, lo que la convierte en un insecto de aspecto imponente y comportamiento especialmente agresivo cuando se siente amenazado.

Se trata de un avispón nativo del sureste asiático, y su rango de distribución natural incluye Bangladés, Bután, China, India, Indonesia, la República de Corea, Laos, Malasia, Birmania, Tailandia y Vietnam. El origen de su llegada aún no se conoce con certeza. No obstante, los datos recopilados apuntan a que una o varias reinas hibernantes podrían haber sido introducidas de forma accidental desde China, posiblemente a bordo de un barco de mercancías que llegó a Burdeos en 2004. Desde entonces, la expansión del avispón asiático en el país vecino ha sido muy rápida.

Su presencia preocupa tanto a las autoridades como a los expertos en biodiversidad, no solo por el riesgo para la salud humana, sino también por el impacto devastador que tiene sobre las abejas autóctonas y la apicultura, sectores ya vulnerables ante otras presiones ambientales. Con estos nuevos casos mortales, la avispa velutina confirma su condición de amenaza creciente en el noroeste de España, donde su expansión parece seguir un ritmo imparable pese a los esfuerzos de control y erradicación emprendidos por las administraciones.

Según un estudio publicado en la revista científica Biology (MDPI) y realizado por el español Xesús Feás, la avispa velutina amenaza principalmente a las abejas melíferas, esenciales para la polinización y la agricultura, pero también pone en peligro las vidas humanas, ya que sus picaduras múltiples pueden provocar reacciones alérgicas graves o fallos orgánicos, especialmente en personas sensibles o atacadas por enjambres.

El estudio hace un llamamiento urgente a reforzar la vigilancia, mejorar los protocolos de detección temprana y coordinar estrategias internacionales para frenar su avance. También insiste en la necesidad de campañas de sensibilización ciudadana, dado que el reconocimiento temprano de los nidos y la intervención profesional son clave para evitar accidentes y limitar su expansión.

El éxito de su expansión

El notable éxito del avispón asiático en su multiplicación y expansión por el territorio europeo se explica por diversos factores: la coincidencia de condiciones climáticas favorables, la abundancia de fuentes de alimento y la falta de depredadores o competidores naturales capaces de limitar su elevada tasa de reproducción.

Esta invasión genera impactos en múltiples ámbitos. En el socioeconómico, ocasiona pérdidas importantes en la apicultura y en la agricultura, afectando especialmente a la fruticultura. En el plano de la biodiversidad, representa una amenaza para las abejas y otros insectos polinizadores. Y en el ámbito de la salud pública, supone un riesgo añadido por las picaduras, que pueden resultar especialmente peligrosas para las personas alérgicas.

La Estrategia para la gestión, control y posible erradicación del avispón asiático en España fue aprobada por la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad el 14 de noviembre de 2014, y posteriormente ratificada por la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente el 16 de abril de 2015. Este documento establece un conjunto de acciones comunes orientadas al control y, en la medida de lo posible, a la erradicación de la especie en el territorio español, basándose en la experiencia y el conocimiento acumulado en aquellas comunidades autónomas donde la velutina ya se encuentra presente.

El peligro de su picadura

Desde Zotal Laboratorios señalan que la picadura de avispa asiática solo resulta grave en casos puntuales, sobre todo en personas alérgicas al veneno. A diferencia de las abejas, estas avispas pueden picar varias veces, lo que aumenta el riesgo si el ataque es múltiple.

Aunque no son más agresivas que otras especies, se recomienda precaución al comer o trabajar al aire libre, especialmente en labores de jardinería o agricultura, donde es fácil acercarse a un nido por accidente. Para evitar ataques, conviene no hacer movimientos bruscos, no intentar capturarlas y mantener una distancia mínima de cinco metros de los nidos. También se aconseja no ir descalzo, evitar perfumes y lacas y no dejar comida al aire libre, ya que los olores las atraen.

La picadura provoca dolor intenso y escozor similar a una quemadura, con inflamación que puede durar un día. Además, al atacar, las avispas liberan una feromona que incita a otras a sumarse, aumentando la peligrosidad del episodio. En personas alérgicas, pueden aparecer urticaria, hinchazón, dificultad para respirar o pérdida de conciencia, síntomas que requieren atención médica inmediata.

Para aliviar la picadura, se recomienda aplicar frío sobre la zona o un paño con vinagre para reducir la inflamación. En casos leves, pueden usarse cremas con corticoides o antihistamínicos orales, siempre bajo consejo médico. Si los síntomas empeoran o aparece una reacción alérgica, es imprescindible acudir de urgencia.