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El Papa Francisco habla por teléfono durante su audiencia general del miércoles

El Papa Francisco atendió una llamada durante una audiencia generalEFE

El Papa que sufrió la IA: Francisco avisó de los riesgos y los beneficios de una «herramienta poderosa»

Defendió que la tecnología debe estar al servicio de la humanidad y no convertirse en un instrumento de exclusión o dominación

El Papa Francisco no fue un pontífice que utilizara mucho el ordenador, es más, en 2015 llegó a definirse como «un tronco» con este dispositivo con el que realizó alguna videollamada y poco más. Sí que se le vio más pegado a su iPhone, incluso atendiendo llamadas después de una audiencia general o por las instalaciones del Vaticano.

Papa Francisco hablando por teléfono

Papa Francisco hablando por teléfonoIPA/ABACA

Francisco sí que fue una de las voces globales más activas en el debate sobre la inteligencia artificial (IA), una tecnología que le pilló de llenó en el final de su pontificado, pero sobre la que tuvo que pronunciarse. Su postura puso de relieve las oportunidades que ofrece esta tecnología con una advertencia sobre sus riesgos éticos, sociales y existenciales. Francisco defendió un desarrollo de la IA centrado en el ser humano, regulado internacionalmente y al servicio del bien común, la paz y la dignidad de todas las personas.

Reconoció que la IA puede ser una herramienta poderosa para combatir la pobreza, proteger las culturas y reducir desigualdades

El pontífice reconoció que la IA podía ser una herramienta poderosa para combatir la pobreza, proteger las culturas y reducir desigualdades, siempre que se utilizara con responsabilidad y respeto a los valores humanos fundamentales como la inclusión, la transparencia, la seguridad, la equidad y la privacidad. En foros internacionales como el G7 y la ONU, Francisco defendió que la tecnología debía estar al servicio de la humanidad y no convertirse en un instrumento de exclusión o dominación.

Riesgos y advertencias

Francisco fue víctima directa de los riesgos de la IA, como la desinformación y los deepfakes, tras la viralización de una imagen falsa suya generada por IA con un abrigo blanco. Esto llevó a alertar sobre los «peligros perversos» de la manipulación digital, la proliferación de noticias falsas y la «contaminación cognitiva» que puede distorsionar la realidad. Francisco advirtió también sobre el riesgo de una «dictadura tecnológica» y el peligro de que la IA incrementara las desigualdades o fuera utilizada para la vigilancia masiva y la manipulación electoral.

El Papa Francisco, portando un abrigo de plumas blanco, en el montaje hecho con IA

El Papa Francisco, con un abrigo de plumas blanco, en el montaje hecho con IA

Un punto especialmente crítico para el Vaticano fue el desarrollo de sistemas de armas autónomas letales, capaces de decidir sobre la vida y la muerte sin intervención humana. Francisco sostuvo que «ninguna máquina debería elegir jamás quitar la vida a un ser humano» y reclamó una regulación estricta en el ámbito militar para evitar una amenaza existencial para la humanidad.

Regulación ética y global

El Papa fue claro en su insistencia sobre la necesidad de un tratado internacional jurídicamente vinculante que regulara el desarrollo y uso de la IA. Consideraba que la sola reglamentación no era suficiente, sino que debía ir acompañada de un crecimiento en humanidad y de una reflexión ética profunda sobre el impacto de la tecnología en las relaciones humanas, la información y la educación.

Francisco recibió en el Vaticano a los líderes de las grandes tecnológicas como Tim Cook (Apple), Brad Smith (Microsoft), Eric Schmidt (Google), Jeff Bezos (Amazon) o Elon Musk (Tesla) sobre los que pudo hablar de IA y otros muchos retos dentro de este sector.

El Papa Francisco se reunió el lunes 3 de octubre con el CEO de Apple Tim Cook

El Papa Francisco se reunió con el CEO de Apple Tim CookEFE

En sus discursos, Francisco subrayó que solo el corazón humano puede revelar el sentido de nuestra existencia, mientras que los algoritmos pueden ser utilizados para manipular y desorientar. Por ello, pidió que la IA no quedara en manos de monopolios ni de un «poder tecnocrático» que margine a los más vulnerables.

La postura del Papa Francisco sobre la inteligencia artificial fue equilibrada: celebró su potencial para el bien común, pero exigió responsabilidad, regulación global y una reflexión ética constante. Su mensaje fue claro: la tecnología debe estar siempre al servicio del ser humano y nunca al revés.

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