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crimen

Xanthorox es una plataforma de inteligencia artificial (IA) que ha llevado el cibercrimen a un nuevo nivel

Xanthorox, entramos en la IA que democratiza el cibercrimen por 176 euros

Los expertos ya la califican de mente criminal que responde a cualquier instrucción, razona, actúa y ataca más rápido que cualquier humano

En 2025, la ciberseguridad mundial se enfrenta a una amenaza inédita: Xanthorox, una plataforma de inteligencia artificial (IA) que ha llevado el cibercrimen a un nuevo nivel de autonomía, sofisticación y accesibilidad. Detectada a principios de año en foros de la darknet y canales cifrados, Xanthorox no es solo una evolución de las conocidas WormGPT o EvilGPT, sino una infraestructura creada desde cero para ejecutar ataques informáticos complejos sin necesidad de intervención humana directa.

¿Qué es Xanthorox?

Xanthorox es una 'IA negra como servicio' (Black Hat AI as a Service), diseñada y comercializada abiertamente en la web y la dark web. Su arquitectura modular y su capacidad de operar sin conexión la hacen prácticamente indetectable para las herramientas tradicionales de defensa.

A diferencia de otras IA criminales, que suelen ser versiones modificadas de modelos públicos como ChatGPT, Xanthorox presume de haber sido desarrollada íntegramente con tecnología propia y alojada en servidores privados, lo que garantiza el anonimato de sus usuarios y la independencia de cualquier infraestructura pública.

Por apenas 176 euros, cualquier usuario puede acceder a Xanthorox

Por apenas 176 euros, cualquier usuario puede acceder a Xanthorox y disponer de un kit de hacking automatizado que antes solo estaba al alcance de ciberdelincuentes experimentados. La plataforma integra cinco modelos de IA especializados:

Generador de código: escribe malware, scripts y explota vulnerabilidades, incluso descubriendo nuevas fallas en sistemas protegidos.

Xanthorox Vision: analiza imágenes y capturas de pantalla para extraer datos sensibles, como contraseñas o información de documentos.

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Xanthorox escribe malware, scripts y explota vulnerabilidades

Razonador lógico: simula el pensamiento humano para crear campañas de phishing hiperrealistas y mensajes de ingeniería social.

Módulos de voz e imagen: permite controlar la IA mediante comandos hablados y manipular archivos de audio y video, incluyendo la creación de deepfakes.

Raspador web en tiempo real: accede a más de 50 motores de búsqueda para recolectar datos recientes y planificar ataques con precisión quirúrgica.

Todo el ciclo del ataque —reconocimiento, explotación, persistencia y exfiltración de datos— puede ser ejecutado de manera autónoma, sin dejar rastros forenses y sin depender de APIs públicas o servicios en la nube.

Democratización del delito digital

El acceso a Xanthorox se vende a través de canales como Discord y Telegram y se puede pagar con criptomonedas. Sus desarrolladores mantienen perfiles públicos en plataformas como GitHub y YouTube, donde muestran sus capacidades «solo para diversión», aunque la realidad es mucho más inquietante: la barrera de entrada al cibercrimen se ha reducido drásticamente lo que permite que incluso personas sin conocimientos técnicos puedan lanzar ataques masivos y sofisticados.

La plataforma se actualiza de forma continua, aprendiendo de cada operación y adaptándose a las defensas que encuentra, lo que la convierte en una amenaza en constante evolución.

El acceso a Xanthorox se vende a través de canales como Discord y Telegram

Ya se han vinculado campañas reales de phishing y ransomware a Xanthorox, con ataques dirigidos a bancos estadounidenses y la creación de malware capaz de evadir los principales antivirus. Los expertos advierten que su funcionamiento offline y su resistencia a las medidas de mitigación tradicionales ya se han convertido en un desafío sin precedentes para la ciberseguridad global.

Además de facilitar ataques conocidos, Xanthorox puede generar vídeos y audios deepfake para suplantar identidades, destruir reputaciones o manipular la opinión pública, y no tiene ningún tipo de guardarraíles éticos: responde a cualquier instrucción, incluso las más peligrosas.

La llegada de Xanthorox marca un antes y un después en la historia del cibercrimen. No solo profesionaliza y automatiza el delito digital, sino que lo pone al alcance de cualquiera dispuesto a pagar una suscripción. Para los defensores, supone la urgencia de pensar de nuevo estrategias y adoptar sistemas de detección basados en IA, así como reforzar la concienciación y formación de los usuarios ante ataques cada vez más creíbles e indetectables.

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