Lobo ibérico

Lobo ibéricoEuropa Press

Un estudio explica por qué el lobo ibérico se adapta a entornos humanos

A diferencia de otros países en Europa, donde el lobo se está recuperando recientemente tras haber estado ausente durante décadas, en la Península Ibérica el mamífero ha persistido de forma continuada

La situación del lobo ibérico en España ha dado especialmente que hablar en los últimos tiempos.

El estado de conservación de mamífero alcanzó su punto más bajo en la década de 1970. Desde entonces, el trabajo para su recuperación ha dado sus frutos y las manadas se han multiplicado las manadas; aunque la inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre) en 2021 está ahora a debate, ya que los ataques de lobo al ganado evidencian la recuperación de la especie.

Según un informe de la Fundación Artemisan, la población de lobo ibérico en España creció un 26 % entre 2012 y 2023 del 26 % y se puede hablar de la presencia unas 400 manadas compartidas entre comunidades autónomas y unas 380 exclusivas, lo que supone media de unos 2.800 ejemplares en nuestro país.

A diferencia de otros países en Europa, donde el lobo se está recuperando recientemente tras haber estado ausente durante décadas, en la Península Ibérica el lobo ibérico ha persistido de forma continuada y un estudio elaborado por investigadores de España y Portugal apunta al porqué.

El trabajo liderado por el Centro de Investigación en Biodiversidad y Recursos Genéticos de la Universidad de Oporto, en el que han participado investigadores del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad de la Universidad de Oviedo y del CSIC, aporta nuevos datos sobre la particular adaptación del lobo ibérico a persistir en paisajes humanizados.

La investigación ha detectado un bloque de ADN de perro en el cromosoma 2 del lobo ibérico, una firma genética única del animal de este territorio no observada en ninguna otra población de lobos hasta la fecha, que podría influir en el comportamiento y la adaptación de la especie.

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Asturias señala que los investigadores estiman que la incorporación de este bloque de ADN de perro en el genoma del lobo ibérico es el resultado de un evento de hibridación muy antiguo, estimado entre 3.000 y 6.000 años.

El gen MAST4 está asociado con cambios cognitivos y de desarrollo en mamíferos, lo que sugiere que la información contenida en este bloque de ADN del perro podría afectar al comportamiento del lobo ibérico provocando, por ejemplo, que comportamientos típicos de lobos juveniles se mantuvieran en la edad adulta.

La identificación de genes de perro en el genoma del lobo ibérico, también publicados recientemente por el CSIC en otro estudio, son relevantes para comprender la adaptación del lobo ibérico a los entornos humanizados de la Península Ibérica, y la importancia de su singularidad genética para la conservación de su población.

Un equipo de científicos españoles y portugueses estudia desde 2018 los genomas de cientos de lobos ibéricos, euroasiáticos y norteamericanos y perros. Ese trabajo ha permitido detectar el bloque de ADN de perro en el cromosoma 2 del lobo ibérico, en la región del gen MAST4, asociado con cambios cognitivos y de desarrollo en mamíferos, lo que sugiere que la información contenida en ese bloque podría afectar al comportamiento del lobo ibérico provocando, por ejemplo, que comportamientos típicos de lobos juveniles se mantuvieran en la edad adulta.

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