Olivos talados en una finca donde se prevé la instalación de una planta solar.

Olivos talados en una finca donde se prevé la instalación de una planta solar.Europa Press

El David contra Goliat del campo busca financiación para la macrocausa contra el fraude para arrancar olivos

SOS Rural necesita 12.000 euros para iniciar su ofensiva jurídica contra los proyectos fotovoltaicos en suelo agrícola

«Vamos a llegar al objetivo». Este es el convencimiento que traslada Natalia Corbalán, portavoz de SOS Rural, en la carrera contrarreloj de la plataforma ciudadana para conseguir fondos y pasar a la acción judicial.

El movimiento, que recientemente anunció este paso al frente de la mano de la Asociación Ecología y Libertad, se ha marcado de fecha límite este jueves 31 de julio hasta las 23.59 horas para conseguir 12.000 euros que respalden la primera actuación judicial de la macrocausa para frenar el desarrollo de instalaciones fotovoltaicas en suelo agrícola.

Según indican fuentes de SOS Rural a El Debate, en un solo día la recaudación alcanzó los 7.000 euros. La estrategia planteada por Ecología y Libertad, que representa el músculo jurídico de este tándem, comenzará con un ataque directo a las cuatro instalaciones planteadas en Lopera (Jaén), donde consideran que la Junta de Andalucía habría incurrido en fraude de ley al tramitar los proyectos.

SOS Rural y Ecología y Libertad sostienen que el Gobierno regional ha cometido un fraude de ley para controlar la competencia sobre las instalaciones de Lopera, ya que si no se superan los 50 MW de potencia en la infraestructura es competencia de la Junta; sin embargo, la empresa Greenalia habría fraccionado sus planes para alcanzar esos valores sin superar el límite en ninguno.

Los denunciantes inciden en que la Junta de Andalucía ha realizado las evaluaciones ambientales de cada uno de los ocho proyectos mencionados de forma separada e individual, cuando a su parecer tendría que ser conjunta. Ecología y Libertad indica que se hace así para evitar que sea competencia estatal y eludir la legislación; es decir, en fraude de ley.

«No recibimos ni una sola subvención ni la queremos, para mantenernos libres e independientes. Nuestra única vía de financiación, junto a las aportaciones de nuestros agricultores, son los donativos particulares que nuestros seguidores y suscriptores nos hacen llegar de forma voluntaria», apunta Corbalán en su mensaje a la ciudadanía, donde compara la causa de SOS Rural con una famosa narración bíblica

«Es David contra Goliat. Pero nosotros te tenemos a ti, y a otros muchos españoles activos que van a conseguir detener este ecocidio programado por las élites burócratas y políticas», asevera la portavoz de SOS Rural.

El dúo SOS Rural y Ecología y Libertad ha reafirmado que su posición no es contraria a la transición energética ni a las energías renovables, sino a su implantación irresponsable en tierras fértiles y productivas: «Estamos en contra de la manera en la que se está avanzando, desordenada y especulativa. Queremos que se ordene y que se haga bien, que se regule y, desde luego, que no se arranque lo más valioso que tenemos: superficies cultivables para producir alimentos», reivindica Corbalán en un vídeo compartido en sus redes sociales.

En Andalucía, el 69,6 % de las plantas fotovoltaicas y el 90,9 % de las termosolares están sobre suelos agrícolas clasificados como S1 y S2, es decir, de alta capacidad productiva. Las plataformas reclaman el establecimiento de una zonificación vinculante que prohíba la instalación de parques solares convencionales en esos suelos agrícolas de alta productividad y que se prioricen los suelos degradados como alternativa sostenible para estas infraestructuras.

Corbalán ha incidido en la importancia que representa obtener el sustento económico de este modo: «SOS Rural es una asociación autofinanciada, nuestras cuotas proceden de los agricultores, no tenemos ningún tipo de servidumbre y no estamos hipotecados a ningún interés que no sean nuestros agricultores. Mi partido político es ellos (...) Apelo a la solidaridad de todos los españoles. De los andaluces, de los murcianos, de todos. Esto es un problema de todos. Que nos roben la alimentación, que nos roben lo nuestro, es problema de todos», concluye.

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